El 30 de marzo podría arrebatarle a Irak el récord de desgobierno
28 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El mediador nombrado por el rey de los belgas, Alberto II, para intentar sacar al país del actual atasco político, el socialista flamenco Joan Vande Lanotte presentó el miércoles su dimisión por segunda y última vez al monarca, tras constatar la imposibilidad de un acuerdo, y el rey la aceptó.
Los siete partidos que integran la mesa negociadora en pos de un acuerdo de gobierno llevan siete meses, desde las elecciones anticipadas del pasado 13 de junio, intentando formar un Gabinete estable y sobre todo evitando el fantasma de una nueva convocatoria electoral. La nueva dimisión acerca cada vez más esa hipótesis, según la prensa belga.
El pasado domingo, cerca de 35.000 ciudadanos se manifestaron en Bruselas para exigir a los políticos que se pongan de acuerdo en formar Gobierno, en una muestra del hartazgo popular ante la situación de inestabilidad política.
«El acuerdo solo es posible con la negociación, solo si se ponen de acuerdo quienes defienden ideas opuestas se puede llegar a consensos», aseguró Vande Lanotte.
Misión imposible
La impotencia de la población y de los medios belgas ante la sensación de vacío de poder y de fracaso se podría resumir en un titular del periódico flamenco De Standaard, que tras la segunda dimisión de Vande Lanotte titulaba en inglés «Mission Impossible» (misión imposible, en alusión a la película de acción homónima).
«Hay que tener una apertura de miras, aunque tus posturas no coincidan con las de tus adversarios», se lamentó Vande Lanotte en un escueto comunicado.
De nada valieron, aparentemente, las proclamas de los manifestantes, que marcharon por las calles de Bruselas el domingo pasado al grito de «¡Shame!» (en inglés, vergüenza), que pretendía ser una llamada de atención a la clase política.
Bélgica está al filo del abismo político, y el próximo 30 de marzo podría batir un récord de desgobierno: 289 días, el tiempo que le costó en el 2009 a Irak formar un Gabinete estable.
De momento, el país tiene en su haber el dudoso honor de haber alcanzado, en enero pasado, el récord europeo de ausencia de un Gobierno estable (208 días), que tenía Holanda (1977).