El G8 pasa la patata caliente de Libia a la ONU mientras Gadafi recupera terreno a los rebeldes

Agencias

INTERNACIONAL

15 mar 2011 . Actualizado a las 18:21 h.

Los ministros de Exteriores de los países miembros del G8 evitaron respaldar una intervención militar en Libia y acordaron en lugar de ello que sea el Consejo de Seguridad de la ONU quien incremente la presión sobre el líder libio Muamar al Gadafi incluyendo «medidas económicas».

El grupo, integrado por los siete países más industrializados más Rusia, concluyó su encuentro de dos días en París sin llegar a un acuerdo, ante la división de posturas entre Francia y Alemania. En las conclusiones del encuentro se señaló que se ha solicitado a Gadafi que respete las legítimas reivindicaciones del pueblo libio sobre sus derechos fundamentales, la libertad de expresión y una forma representativa de gobierno.

El titular ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, indicó que la situación en Libia se ha examinado partiendo de las iniciativas de los países y organismos de la región, como la Liga Árabe, el Consejo de Cooperación del Golfo o la Organización de la Conferencia Islámica.

Mientras, las tropas del líder libio, Muamar al Gadafi, continuaron reconquistando localidades que habían sido tomadas por los insurgentes, tanto en el este como en el oeste del país norteafricano, informó la cadena televisiva árabe Al Yazira. Un testigo dijo a la emisora que los rebeldes perdieron en cuestión de horas el control de la pequeña ciudad de Zuwara, próxima a la frontera con Túnez, mientras que Misurata, otra ciudad en el oeste, está siendo machacada por la artillería de Gadafi.

Las fuerzas que responden a Gadafi cortaron la ruta entre la estratégica ciudad de Ajdabiya y Bengasi, bastión de los rebeldes en el este de Libia, anunciaron los sublevados. Para los rebeldes libios, la situación no parece buena. Las tropas de Gadafi les presionan tanto en el frente este como en su feudo occidental de Al Zawiya. Varias ciudades que en los últimos días se declararon solidarias con el gobierno de transición libio, miran ahora sobre todo a Japón, tras el devastador terremoto de magnitud 9,0 y el tsunami que lo afectaron el viernes provocando una crisis humanitaria y nuclear, y a la escalada de protestas en Báhrein.

Pese a ello, los insurgentes no quieren rendirse y están decididos a seguir ofreciendo resistencia al hombre que gobierna el país desde 1969. Y en caso necesario, lo harán sin ayuda extranjera. «Victoria o muerte», «Libertad o decadencia», versan los lemas de los opositores dle este.