Tras su polémica visita el lunes a la isla de Lampedusa, donde fue contestada por un grupo de residentes, la ultraderechista francesa Marine Le Pen propuso ayer que se utilice el artículo 2.2 del Tratado de Schengen para controlar las fronteras que Francia tiene tanto con España como con Italia para afrontar la inmigración ilegal que entra por las costas de esos dos países.
En una rueda de prensa ofrecida en Roma, la líder del Frente Nacional y candidata a la presidencia de Francia aseguró que la Unión Europea «no es capaz de poner diques a las corrientes migratorias a pesar de lo que diga [Jose Manuel Durão] Barroso», presidente de la Comisión Europea, y por ello «cada país debe asumir sus propias responsabilidades», señalando que los acuerdos bilaterales podrán funcionar mejor que «la política de Barroso». Además, aseguró que no quiere suprimir el derecho de asilo, pero «se trata de refugiados económicos, no políticos».
Le Pen propuso que las verificaciones para conceder asilo político a los inmigrantes de Libia se hagan en el barco que los transporta y apuntó que debería haber un funcionario del Alto Comisionado de la Naciones Unidas en la embarcación europea para que verifique las condiciones de los inmigrantes.