Japón lanza la primera alerta al detectar alimentos con radiactividad

maribel izcue, hiroshi hiyama OSAKA / EFE, AFP

INTERNACIONAL

La contaminación llegó al agua de Tokio, aunque el nivel no supone riesgo para la salud

20 mar 2011 . Actualizado a las 11:56 h.

El Gobierno de Japón aseguró ayer que hay avances en la carrera por controlar la central nuclear de Fukushima, en medio de la alarma por las consecuencias del desastre tras detectarse radiación en alimentos de la zona y hasta en el agua de Tokio, a 250 kilómetros. Aunque según el Ministerio de Sanidad los niveles están muy por debajo del límite legal permitido y «no suponen un riesgo inmediato» para la salud, decretó el cese de la venta de alimentos procedentes de Fukushima. Esta situación podría complicarse más si, como anuncia la agencia DPA, basándose en la autoridad nuclear japonesa, hoy y mañana podría llover en la región y se espera que se trate de una lluvia radiactiva.

Los controles realizados en productos agrícolas de Fukushima entre el miércoles y el viernes pasados arrojan altos niveles de radiación en la leche, incluso en centros productores a 30 kilómetros, y en verduras de la vecina provincia de Ibaraki, advierte también el OIEA. En esta localidad se registró ayer otro terremoto, de magnitud 6,1.

Yodo radiactivo

Además, fuentes oficiales informaron de que se había detectado yodo radiactivo por encima de los niveles permitidos en el agua de Fukushima, donde se mantiene evacuado un radio de 20 kilómetros. En la aledaña provincia de Gunma se hallaron «muy pequeñas cantidades de material radiactivo» en el agua potable, informó la agencia Jiji.

El ministro portavoz, Yukio Edano, aseguró que la contaminación detectada en la leche y las espinacas no suponen un riesgo sanitario y pidió a la población serenidad; en último caso, aseguró, el impacto de consumirlas durante un año equivaldría al de una radiografía.

Sin embargo, el día 17 se midió un nivel más elevado que el límite legal para el yodo 131 en un municipio de Fukushima situado a 45 kilómetros de la central. El nivel volvió a bajar por debajo del límite legal al día siguiente, según los análisis.

Mientras, los esfuerzos por controlar la situación en la central dieron ayer algunos resultados, como el restablecimiento de los sistemas de refrigeración de dos de sus reactores, el 5 y el 6, gracias a un grupo electrógeno alimentado con gasoil.

Por tercer día, buena parte de los trabajos se centraron en la inestable unidad 3, que utiliza una peligrosa mezcla de uranio y plutonio. Un vehículo controlado a distancia bombeó durante siete horas, con un cañón de 22 metros de altura, más de 1.000 litros de agua sobre su piscina. El Gobierno aseguró que la operación fue aparentemente exitosa y consideró que la situación es «más estable» que en días anteriores. Aunque insistió en que las labores de enfriamiento seguirán en el reactor 3 y en el 4, que tiene problemas. A las operaciones se unieron los esfuerzos por devolver la electricidad a la planta y restaurar la refrigeración en los reactores 1, 2, 3 y 4. Los trabajadores lograron extender los cables hasta los reactores 1 y 2 pese a los altos niveles de radiactividad, aunque se desconoce si los motores de refrigeración están dañados. Según Tepco, si funcionasen, el suministro se reanudaría a partir de hoy en la unidad 2.

El Ministerio de Sanidad autorizó de manera excepcional elevar el límite máximo de exposición a radiación hasta 250 milisiéverts por hora después de que al menos seis operarios estuvieran expuestos a niveles superiores a los 100 permitidos hasta ahora.