Bélgica cumple un año sin Gobierno y sin atisbos de tenerlo

philippe siuberski BRUSELAS / AFP

INTERNACIONAL

Las diferencias entre flamencos y valones impiden resolver la crisis

23 abr 2011 . Actualizado a las 00:01 h.

Bélgica cumple un año sin Gobierno debido a las diferencias entre flamencos y valones francófonos y, lo que es peor, las discrepancias impiden vislumbrar la salida a una crisis que ya ostenta el récord mundial por su duración.

«A fuerza de empeño, quizá consigamos tener nuevo Gobierno en los próximos meses, pero nadie cree en ello a corto plazo», explica el politólogo Pierre Vercauteren. «También podemos volver a organizar elecciones, pero esto no cambiaría nada, puesto que los mismos partidos volverían a encontrarse alrededor de la mesa. Por lo tanto, solo queda continuar con el Gobierno en funciones. En teoría, eso es posible hasta el fin de la legislatura en el 2014», precisa.

El Ejecutivo de Yves Leterme, un democristiano flamenco, dimitió el 22 de abril del 2010 a causa de las divergencias en la coalición gubernamental, formada por los principales partidos flamencos y valones francófonos. Un año después, el equipo de Leterme sigue en el poder, ocupado en gestionar asuntos corrientes, mientras las siete formaciones de Flandes y Valonia más votadas tratan sin éxito de lograr un consenso para reformar el Estado.

En Bélgica, cada comunidad vota por su lado. En Valonia, fueron los socialistas francófonos los que se impusieron en los comicios de junio, y en Flandes, los independentistas de la N-VA, que ahora se muestran tajantes respecto a sus reivindicaciones. Esta formación exige transferencias a las regiones como condición previa a cualquier formación de Gobierno. Pero los francófonos, tras aceptar ciertas concesiones, rechazan ir más lejos por temor a empobrecer todavía más a Valonia, menos desarrollada económicamente que Flandes, y a asistir al fin de la unidad del reino belga.

El bloqueo parece inamovible, pese a los numerosos mediadores nombrados por el rey Alberto II. Y los belgas, tras haber organizado varias manifestaciones en febrero, cuando Bélgica superó a Irak en el récord mundial de 249 días sin acuerdo para formar Gobierno, ahora «han desconectado». El sentimiento de pasividad se ve reconfortado por el hecho de que el Estado funciona a pesar de todo. Los independentistas flamencos se frotan las manos con una situación que demuestra que es innecesario contar con un Estado fuerte. Pero el Ejecutivo tiene una capacidad de acción limitada al no poder tomar ninguna gran decisión sobre el futuro, como la reforma de las pensiones.