Bruselas les responde que el Tratado de Schengen es intocable
27 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Francia e Italia pidieron ayer conjuntamente una reforma del Tratado de Schengen sobre la libre circulación de personas en la Unión Europea con el fin de facilitar a sus Estados miembros los controles fronterizos para frenar el flujo migratorio tras las revueltas norteafricanas.
Sin embargo, desde Bruselas, la Comisión Europea aseguró que el acuerdo de Schengen, que permite la eliminación de controles intrafronterizos en su espacio de aplicación, es intocable y no se puede modificar ni flexibilizar, como pidieron París y Roma. «Eso no es ninguna opción... las reglas de Schengen forman parte de los tratados de la UE y hay que respetarlos, en caso contrario hay que salirse de la UE», comentó un portavoz de la Comisión de los 27 socios comunitarios en Bruselas.
Por otra parte, Bruselas explicó que el 4 de mayo tiene previsto presentar nuevas propuestas para facilitar la gestión de los torrentes migratorios que, coincidiendo con la época de verano, llegarán masivamente a Europa.
En ese mismo sentido, el Ejecutivo de los 27 comentó que analizará el acuerdo de Schengen, pero que -contrariamente a lo que piden Roma y París- el texto no sufrirá, llegado el caso, modificaciones.
En una cumbre, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el jefe de Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, sellaron una reconciliación entre sus dos países para dejar atrás el enfrentamiento diplomático de las últimas semanas.
«En casos excepcionales, los dos consideramos que es necesario modificar el tratado de Schengen, por lo que vamos a trabajar juntos sobre este asunto», anunció Berlusconi al término de la cumbre bilateral.
«Schengen debe ser reformado», reiteró por su parte Sarkozy, y añadió que además de «fortalecer» esa zona de libre circulación hay que reforzar la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex).
Colaboración europea
Berlusconi y Sarkozy enviaron una carta al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, para pedir «una mayor colaboración» a los otros Estados europeos con los países sureños de la Unión. Igualmente, solicitaron que se abran los controles internos entre los Estados miembros «debido a dificultades excepcionales, en función de condiciones que hay que establecer».
Desde comienzos de año, tras las revueltas en Túnez y Egipto y la guerra en Libia, a Italia han llegado miles de inmigrantes. Las relaciones entre Roma y París se enfriaron por la crisis generada frente a esa ola de inmigrantes sin papeles. Berlusconi, que acusó durante semanas a los países europeos de «falta de solidaridad», felicitó al presidente francés por su esfuerzo al recibir un número de inmigrantes «cinco veces superior» al de Italia. Sarkozy respondió con loas a la cultura y al «arte del saber vivir» de Italia.