Egipto, entre la confusión política y la crisis económica
INTERNACIONAL
Dos meses después, el único cambio es que los corruptos están entre rejas
01 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Poco más de dos meses han transcurrido desde que cayó Hosni Mubarak y con él su régimen. Tahrir ya no es la misma plaza ni los egipcios parecen los mismos, pero Egipto no ha cambiado gran cosa. Los policías lucen su uniforme blanco de verano y siguen su trabajo como si nunca hubieran participado en los ataques que dejaron más de 300 muertos.
El tráfico sigue siendo insufrible, los alquileres altos, el pan caro y el turismo no retoma el pulso. Los debates varían según en qué barrio, ciudad o clase social se encuentra uno.
Para Ahmed, joven vendedor ambulante en Alejandría, todo sigue igual. «La vida sigue siendo cara. Y yo sigo sin poder comprarme un piso ni casarme». El número de bodas, sueño de todo joven, es un termómetro fiel de la economía egipcia. La pobreza es uno de los mayores impedimentos en Egipto para que se casen los jóvenes, que representan un 60% de la población. Pero aún sin casamiento, la revolución mereció la pena para Ahmed. «Estuve en las calles durante la revolución y el sentimiento de unidad fue increíble. Comimos juntos, dormimos juntos, hablamos sin respirar. Estábamos muy unidos».
Mohamed es padre de cinco hijos y taxista en El Cairo, y para él las cosas tampoco han cambiado. «Todo sigue igual y sin turistas, así que casi peor. Pero los corruptos están entre rejas, eso es algo», se consuela mientras fuma un Cleopatra, el tabaco local.
Todos matan el tiempo leyendo en la prensa y discutiendo los arrestos de los miembros del antiguo Gobierno.
Entre los universitarios y activistas, las perspectivas son otras. «La oposición está perdiendo el tiempo y desaprovechando el esfuerzo. Creo que la mayoría de la gente votará que sí a todo con tal de volver al trabajo y a una vida normal», opina Faris, estudiante de Ciencias Políticas.
Hala, periodista y activista, defiende a la clase política: «No ha habido experiencia política en décadas. Apresurar las elecciones o una Constitución empeoraría las cosas, hay que tomarse el tiempo necesario».
La religión
Entretanto, los líderes de los partidos de oposición corren de lado a lado y la prensa lacera cada uno de sus movimientos. ¿Enmendar o no enmendar la Constitución?. Los Hermanos Musulmanes prefieren modificar que crear una nueva. La prensa los acusa de querer una Constitución autoritaria con tal de mantener el artículo 2 de la actual: «El islam es la religión del Estado y la ley islámica es la principal fuente de legislación». El Baradei es criticado por ser un «extranjero», alejado durante años de la realidad egipcia. Los partidos de oposición que estaban en el Gobierno son tachados de cooptados.
A pesar de la mala situación económica, los egipcios parecen vivir aún envueltos en un áurea de revolución.