La prensa francesa encuentra un primer testigo del caso

Esperanza Suárez PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Un empleado que también estuvo en la suite podría aportar datos clave

20 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Un empleado del hotel Sofitel habría estado en la habitación de Dominique Strauss-Kahn cuando entró la mujer que lo acusa de haberla violado. El diario francés Le Figaro cita fuentes próximas al hotel para explicar así por qué Nafissatou Diallo no introdujo su llave magnética para entrar y se limitó a empujar la puerta.

Según el periódico, el hombre recogía la ropa de cama y su compañera le preguntó si ya podía limpiar la habitación. Le respondió que él ya terminaba y que la suite 2806 estaba vacía. Ninguno de los dos se percató de la presencia del político francés en el cuarto de baño.

Si la presencia de su colega masculino se confirma, sería el único testigo que podría describir el estado de la denunciante y de la habitación justo antes de que se cometiese la supuesta agresión. Le Figaro concede gran importancia estratégica a este posible testigo, especialmente ante la ausencia de cámaras de vigilancia y a la imposibilidad de demostrar la hora exacta a la que entró en la habitación del ex director del Fondo Monetario Internacional.

La teoría del complot por la que apuestan una mayoría de franceses ha suscitado una viva división a derecha e izquierda. Políticos conservadores como la ex ministra Christine Boutin comparten la opinión del 57% de sus compatriotas, mientras un grupo de diputados socialistas han pedido abiertamente al partido que afronte los hechos.

El vicesecretario general, Harlem Désire, pidió ayer públicamente la intervención de Nicolas Sarkozy, «tal y como ha hecho el presidente de la República por otros franceses» acusados de delitos en el extranjero. Désire cree necesaria una mediación «para que Strauss-Kahn pueda organizar su defensa de forma decente».

Varios medios publicaron ayer una nueva encuesta. La del Instituto Ipsos es la primera sobre intención de voto realizada tras la detención del que era gran favorito. Sus resultados suponen un balón de oxígeno para la izquierda y un nuevo motivo de preocupación para el aspirante a la reelección: sea quien sea el candidato socialista, ganará en la primera vuelta.