El suicidio político de un don Juan

La Voz

INTERNACIONAL

22 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Frente a la teoría del complot, los psiquiatras franceses lanzan la del suicidio político. Dominique Strauss-Kahn habría pasado al acto en el hotel Sofitel de Nueva York para demostrar al mundo entero que podía escapar a lo que todos consideraban su destino.

Demasiada presión y la vigilancia permanente a la que estaba siendo sometido habrían agravado una patología neurótica. En semejante momento de su biografía, traspasar los límites de lo que todo el mundo conocía como su máxima debilidad en un país de tolerancia cero con los excesos sexuales habría sido un acto subconsciente de rebelión frente al vértigo del éxito.

Suicidio político o complot, algo en su comportamiento hizo sospechar ya a los periodistas de Libération que lo entrevistaron el pasado 28 de abril. Exigió que desconectaran los móviles para evitar grabaciones o escuchas y, tras dar a entender que se presentaría como candidato a las primarias socialistas, lamentó lo larga y dura que sería la campaña electoral, llena de golpes bajos sobre los tres puntos en los que se reconocía más vulnerable. Por este orden, «el dinero, las mujeres y mi condición de judío».

Papel de víctima

Asumiendo el papel de futura víctima, DSK imaginó el arma que utilizarían para desacreditarlo para siempre: una mujer a la que habría violado en un párking . «Le prometerían medio o un millón de euros por inventar semejante historia».

Nadie mejor que él para creer o caer semejante trampa. Seductor compulsivo, su currículo está plagado de conquistas y situaciones de acoso. La economista húngara que estuvo a punto de costarle el puesto de director del FMI acabó por sucumbir a sus presiones, aunque la investigación concluyera que sus relaciones fueron consentidas. Piroska Nagy siempre mantuvo que Strauss-Kahn «abusó de su posición» y la convocó «varias veces para hacerme sugerencias inapropiadas».

Este serio aviso del 2008 tenía un peligroso precedente. La periodista Tristane Banon escapó a «un chimpancé en celo» que intentó violarla en el apartamento vacío donde la había citado para una entrevista. Ayer, una colega australiana lo acusó de exigirle relaciones sexuales a cambio de unas declaraciones.

Diputadas que evitaban coincidir con él en el ascensor, militantes socialistas asediadas pos sus mensajes telefónicos? Ni la clase política ni los medios de comunicación se tomaban en serio el lado oscuro de uno de los políticos más valiosos del país.

Había una cierta admiración por su fama de french lover incorregible y su vida libertina. Los medios de comunicación franceses se negaron a buscar en el cubo de la basura. En el 2009, el humorista Stéphan Guillon perdió su trabajo en la radio pública por anunciar que DSK iba a «pe-ne-trar» en el estudio. Una sirena de alarma anunciaba la evacuación del personal femenino.

El caso Elf

La memoria colectiva es de corto recorrido y en ese momento DSK era el orgullo y la esperanza de la izquierda. Nadie recordaba que se vio obligado a dimitir en 1999 como ministro de Economía tras ser acusado de tráfico de influencias, ni que se sentó en el banquillo como implicado en el llamado caso Elf. Unos días antes de su detención, los socialistas intentaban justificar las fotos que lo mostraban subiéndose a un lujoso Porsche y las facturas de miles de dólares de sus trajes.

Tampoco nadie le ha reprochado haber declarado a la revista Tribuna Judía que se levantaba cada mañana pensando cómo podía ser útil a Israel. Finalmente, una mujer pobre, negra y musulmana se ha encargado de precipitar a este don Juan a su propio infierno.