El G-8 se compromete a largo plazo con las nuevas democracias árabes

ESPERANZA SUÁREZ PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Los ocho más ricos prometen 28.000 millones a Túnez y Egipto para consolidar la democracia

28 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Túnez y Egipto recibirán 28.000 millones de euros de los ocho países más ricos del mundo, dispuestos a aportar los medios necesarios para consolidar su proceso democrático. En la cumbre que concluyó ayer en Deauville (Francia), Estados Unidos, Rusia, Canadá, Alemania, Gran Bretaña, Italia y el país anfitrión han decidido asociarse con el compromiso de «suministrar ayuda a largo plazo» a los dos países «donde el pueblo ha sido capaz de acabar con regímenes autoritarios y a todos los que sigan su ejemplo».

Según el comunicado final, los bancos de desarrollo suministrarán 14.000 millones de euros hasta el 2013 para sostener las reformas en curso. Los miembros del G-8 se dicen dispuestos a movilizar «un soporte bilateral sustancial» que doblará esta cifra.

En Deauville, el primer ministro tunecino, Béji Caïd Essebsi, reconoció no sentirse «totalmente satisfecho» a pesar de agradecer este empuje al proceso democrático en su país. Por primera vez, abrió la puerta a un posible retraso de las elecciones convocadas para el 24 de julio «si la comisión electoral estima que hace falta más tiempo para que sean irreprochables».

Nicolas Sarkozy intentó restar importancia a la llegada de inmigrantes tunecinos a Europa y aseguró que están «a punto de encontrar el equilibrio».

Camino de Varsovia

El presidente estadounidense fue el único en no despedirse con una conferencia de prensa. Los corresponsales que le siguen desde Washington le precedieron camino de Varsovia, donde Barack Obama será hoy el invitado de honor en la cumbre de países de Europa Central. Serbia y Rumanía han decidido boicotearla por la participación de Kosovo, cuya independencia no reconocen.

Estaba hablando con Obama el primer ministro italiano cuando un micrófono captó sus quejas sobre «la dictadura de los jueces de izquierda» en su país. Silvio Berlusconi dedicó su rueda de prensa en Deauville a justificar ante sus compatriotas esa «conversación privada».