Turquía ya acoge a más de 2.500 civiles que huyen de la violencia
10 jun 2011 . Actualizado a las 13:41 h.La violenta intervención del Ejército de Bachar al Asad en la ciudad de Yisr al Shugur ya ha provocado la huida hacia la vecina Turquía de más de 2.500 sirios, en medio de pruebas de que Irán no solo está detrás del aparato represor sirio, sino que milicianos basij están participando directamente en las operaciones de castigo. A ello se une la falta de acuerdo en el Consejo de Seguridad de la ONU para sacar adelante una resolución de condena, por la oposición de Rusia y China, con derecho a veto, y Brasil.
Los testimonios de varios heridos ingresados en el hospital de Antioquía implican a agentes iraníes en la dispersión a tiros de una protesta en la ciudad de Idlib, el 20 de mayo, según recoge el corresponsal de France Press en esta ciudad turca. «Había policías de civil, pero también soldados iraníes», relata desde su cama Mustafá, un joven vendedor de metales herido de bala en una pierna y en un brazo. «Yo los vi con mis propios ojos: les pedimos que no nos atacasen, pero no hablaban árabe». «Llevaban barba, y en el Ejército sirio está prohibida», añade el comerciante, evocando igualmente un uniforme negro desconocido en Siria. Akram, un estudiante de 17 años, también herido de bala, no tiene dudas: «Eran basij [milicianos voluntarios islámicos iraníes]».
Irán llamó ayer a consultas al representante británico en Teherán después de que el ministro del Exterior, William Hague, afirmara en los Comunes que el régimen de los ayatolás «combina la supresión brutal de los líderes de la oposición en casa con el suministro de equipo y consejo técnico para ayudar al régimen sirio a reprimir las protestas». Pese a la protesta iraní, el Gobierno británico mantuvo sus afirmaciones.
No es la primera vez que se acusa a Teherán de estar dando armas y apoyo técnico a su aliado sirio para identificar a los opositores a través de la vigilancia electrónica de las redes sociales en Internet. La Administración Obama impuso hace unas semanas sanciones por su papel en la represión siria contra Mohsen Chizari, número tres de la Fuerza Al Quds, una unidad de élite de la Guardia Revolucionaria iraní cuyo papel es apoyar a Hezbolá y a Hamás.
Turquía ya acoge a más de 2.500 personas, después de que ayer cruzaran la frontera unos 2.000 huidos de la ciudad de Yisr al Shugu. Ankara, viejo aliado de Damasco, empieza a exasperarse por la resistencia de Al Asad por abrir verdaderas reformas y ha comenzado a acoger a miembros de la Hermandad Musulmana siria y a permitir que la oposición se reúna en en su territorio. Y ello pese a que puede acabar colisionando con Irán.
Por ahora, no habrá una resolución de condena en el Consejo de Seguridad de la ONU. China y Rusia, con derecho de veto, y Brasil han expresado su rechazado. Por otro lado, El consejo de gobernadores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) aprobó ayer llevar ante el Consejo de Seguridad el supuesto programa nuclear secreto de Siria.