La decisión del Parlamento danés, tomada el mismo día en que Polonia se hizo cargo de la presidencia de turno de la Unión Europea, fue recibida con prevención en Alemania, cuyo Gobierno exigió a las autoridades danesas que cumplan escrupulosamente el Tratado de Schengen. El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, recordó su portavoz, Andreas Peschke, ha reiterado insistentemente que el acuerdo de Schengen «no debe ser violado». Peschke insistió en que esta es la postura oficial de las autoridades de Berlín. La Comisión Europea, por su parte, está analizando si el plan danés respeta la legislación comunitaria.