Ricardo da Silva, a sus 60 años, como otros muchos gallegos costeros de su generación, es un marinero en tierra que se gana la vida como representante de vinos en la capital de Noruega.
Desde el pasado sábado, un día después de la masacre que conmocionó al país de la paz y al mundo entero, se repone en su casa familiar de Cabío, en A Pobra, junto a su familia, del pánico que le entró en el cuerpo hace menos de una semana. La víspera de su partida se enteró por la televisión de los sangrientos sucesos ocurridos en la capital de Noruega, su segunda patria, donde vive desde hace 45 años. Los hechos le tocaron muy de cerca por partida doble: tres horas antes de las explosión del coche bomba en las inmediaciones de la sede del Gobierno, pasó por allí, ya que el lugar está en una de las rutas que hace casi a diario en su trabajo de distribución de vinos. Por si eso fuera poco, cuando vio en la televisión la foto de Anders Behring, lo reconoció inmediatamente: era su vecino. La casa donde vivió, primero con su madre y luego solo, está a menos de 200 metros de la suya.
-¿Cómo se enteró de lo ocurrido?
Ya estaba en casa y me llamó un amigo y me dijo que pusiera la televisión. Cuando le vi la cara al tipo enseguida me di cuenta de que era vecino mío. La casa en la que vivió con su madre está a menos de 200 metros de la mía. Me crucé muchas veces con él en el barrio.
-¿Lo conocía personalmente?
-Nunca hablé con él, pero viéndole la cara, mirándolo a los ojos, ya ves qué tipo de persona es.
-¿Qué sintió cuando lo vio?
-Me impresionó mucho, pero no me sorprendió. Yo sabía que antes o después eso iba a pasar.
-¿Por qué?
-No sé, pero allí, entre este tipo de gente, hay mucho racismo. El Gobierno se porta bastante bien con los extranjeros y eso a algunos les sienta muy mal.
-¿Tenía pinta de loco?
-De loco no, pero miraba de una forma un poco rara.
-¿Cree que actuó más por motivos ideológicos o religiosos?
-Más ideológicos que otra cosa, porque cada día se ven más fachas en el país.
-Usted es de Taragoña (Rianxo). ¿Cómo recaló en Noruega?
-Mi padre andaba embarcado en los petroleros noruegos. Cuando tuve la edad, me embarqué con él y ya me quedé allá.