El ultraderechista se entregó con las manos en alto después de deponer las armas

oslo / agencias

INTERNACIONAL

28 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Anders Behring Breivik se entregó a la policía con las manos en alto después de haber depuesto sus armas, informaron ayer fuentes de la policía. El terrorista, al que los servicios secretos noruegos (PST) consideran un «lobo solitario que hizo todo de forma correcta», se entregó tras quedar rodeado por agentes de la unidad especial Delta en la isla de Utøya.

«Le gritamos que éramos policías armados para llamar su atención. De pronto lo tuvimos ante nosotros, con los brazos en alto sobre la cabeza. Su arma estaba 15 metros detrás de él y lo detuvimos con toda normalidad», relató un miembro de ese comando, Jacob Baertnes, en conferencia de prensa.

Problemas en el motor

La policía no dio más detalles acerca de cómo se procedió al arresto ni tampoco se pronunció respecto a una supuesta demora hasta que las fuerzas de seguridad llegaron a la isla. Ayer se supo que la operación sufrió un contratiempo cuando el barco de la policía tuvo problemas en el motor, aunque esto le hizo ganar tiempo, ya que el equipo se dividió en dos y utilizó barcos civiles más rápidos.

Según informó el diario Aftenposten, el coche de alquiler que Breivik empleó en el atentado de Oslo fue la pista que llevó a la policía a dar con su nombre. Una cámara de seguridad grabó el vehículo usado por el terrorista de 32 años para el atentado. Al contactar con la empresa de alquiler, la policía consiguió el nombre del atacante. Breivik utilizó otro automóvil de la misma empresa para trasladarse después desde Oslo hasta la isla de Utøya.

Club de tiro

Por otro lado, el ultraderechista entrenó en el club de tiro de Oslo, según confirmó el propio centro en su página en Internet, del cual fue miembro entre el 2005 y el 2007, y nuevamente a partir de junio del 2010.

«Participó con otras personas en 13 sesiones organizadas de entrenamiento, así como en una competición», precisa un comunicado. Según el club de tiro, Breivik «no se había hecho notar por sus ideas políticas ni había mostrado ningún tipo de comportamiento que pudieran hacer presagiar los trágicos acontecimientos». El club lo ha expulsado.