El autor confeso de la matanza de Noruega, ha presentado una extensa lista de peticiones «poco realistas», entre ellas la renuncia del Gobierno
03 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Anders Behring Breivik, el autor confeso de la matanza del 22 de julio que dejó 77 muertos en Noruega, ha presentado una extensa lista de peticiones «poco realistas», entre ellas la renuncia del Gobierno y que su estado mental sea evaluado por psiquiatras japoneses, según declaró su abogado al periódico Dagens Næringsliv. A cambio se compromete a dar información sobre dos supuestas células terroristas que mencionó en los interrogatorios.
El abogado, Geir Lippestad, explicó que su cliente hizo dos listas de peticiones. Una con las habituales en los detenidos, como tabaco y ropa. La segunda incluye demandas «poco realistas, muy alejadas del mundo real». Entre estas está que lo examinen psiquiatras de Japón. «Piensa que los japoneses entenderían mucho mejor su sentido del honor que los europeos», afirmó su defensor. A pesar de la exigencia de su cliente, Lippestad puntualizó que Breivik no se opondrá al análisis de los expertos noruegos.
Esta segunda lista de demandas también incluye el derrocamiento de los Gobiernos noruegos y europeos. «Esto demuestra que no entiende la situación en la que se encuentra», explica el abogado.
Retirados los videojuegos
Noruega retiró del mercado dos videojuegos que Breivik utilizó para la matanza. El detenido reconoció en su manifiesto de 1.500 páginas haber jugado con frecuencia a ciertos videojuegos, entre ellos World of Warcraft y Call of Duty-Modern Warfare, en su preparación para cometer sus acciones contra el «multiculturalismo».
La jefa de la derecha populista noruega, de la cual el asesino confeso fue miembro, Siv Jensen, afirma que los atentados no deben ocultar la amenaza islamista. «Todos los debates que teníamos antes del 22 de julio volverán. Todos los desafíos a los que se enfrentaban Noruega y el mundo siguen ahí. Al Qaida aún sigue rondando». Jensen se desmarcó de las controvertidas declaraciones de Jean-Marie Le Pen, sobre «la ingenuidad» casi criminal de la sociedad noruega.