Según el resultado de las investigaciones, en el lugar de los hechos no se encontraron proyectiles que hubiesen sido disparados por el arma del joven.
09 ago 2011 . Actualizado a las 23:15 h.Scotland Yard informó hoy que el joven Mark Duggan, cuya muerte por un disparo de la policía desató la actual ola de violencia en el Reino Unido, no había abierto fuego contra los efectivos policiales. Según el resultado de las investigaciones, en el lugar del hecho no se encontraron proyectiles que hubiesen sido disparados por el arma de Duggan, que murió la semana pasada durante su arresto en Tottenham, en el norte de Londres.
A través de las pruebas balísticas, la Comisión Independiente de Reclamos de la Policía (IPCC) británica llegó a la conclusión de que «no existen evidencias» de que Mark Duggan, a quien se vincula con el mundo de las drogas y las bandas criminales, haya abierto fuego antes de que se le disparara. El arma que se le atribuye fue hallada en la escena del crimen.
Ola de disturbios tras la muerte de Duggan
Los disturbios que, desde hace tres días han convertido las calles del Reino Unido en un infierno de llamas, surgieron durante la manifestación en protesta por la muerte de Mark Duggan, un joves de 29 años que murió la semana pasada tras haber recibido un disparo de la policía.
A raíz de esto, alborotadores de todas las etnias incendiaron en Tottenham oficinas, viviendas, supermercados, automóviles policiales y un autobús, y además saquearon comercios. Algunas casas se quemaron hasta los cimientos, dejando a familias sin techo. «Esto no tiene absolutamente nada que ver con la muerte de Mark Duggan», apuntó el viceprimer ministro, para quien la violencia registrada en los últimos días es «totalmente inaceptable».
La familia de Duggan se distanció a través de un comunicado de la violencia destada en las últimas noches y negó que el hombre hubiese disparado a la policía. Los jóvenes responsables de los disturbios organizan grupos «pequeños e itinerantes» a través de Internet. Según la policía y algunos testigos, se ponen en contacto a través de smartphones y se trasladan rápidamente de un lugar a otro de la ciudad, lo que hace más difícil su control e identificación por parte de la policía, que ha amenazado con multar a quienes llamen a la violencia a través de la red social Twitter.