Ayer por la tarde, la policía metropolitana no solo hacía frente a una tercera jornada de violencia callejera en Londres, sino que para evitar nuevas acusaciones de su escasa anticipación, Scotland Yard estudiaba la posibilidad de prohibir los famosos carnavales de Notting Hill de este año, que se celebran la última semana de agosto. «Si es necesario, suspenderemos los carnavales», informó un portavoz policial.
La policía, que según diversos medios da la impresión de haber perdido el control de algunas zonas de Londres, teme que los disturbios se propaguen por la facilidad, comparado con los ocurridos en los años ochenta, para convocar y extender la coordinación de los actos a través de las redes sociales, en especial Twitter, y el uso de teléfonos móviles.
Un tercio de los adolescentes británicos utilizan móviles BlackBerry, cuyos mensajes de texto no pueden ser identificados por las autoridades. La marca ya ha prometido total colaboración. Ayer, la policía controlaba la red social Twitter para identificar a los cabecillas y organizadores de los disturbios, y al mismo tiempo para identificar a algunos de los individuos que habían tomado parte en los pillajes a comercios.
Muchos han colocado en sus páginas de esa red fotos de los altercados desde puntos en los que solo se pueden obtener si se está inmerso en la protesta.
Otros más arrogantes o menos inteligentes han colocado fotos de ellos mismos rodeados con todos los objetos que saquearon la madrugada de ayer, o lanzando consignas para continuar con la violencia y el saqueo.