El comandante rebelde torturado exige disculpas de Londres y Washington
06 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.«Mi principal preocupación es la de limpiar cualquier mancha en la reputación del Reino Unido y permitir que sus servicios de inteligencia continúen con su vital trabajo». Las palabras del primer ministro, David Cameron, en los Comunes se vieron acompañadas de la orden dada para que se investiguen los supuestos vínculos entre los servicios secretos de su país y el régimen de Muamar el Gadafi. Entre los apartados a investigar destaca la supuesta tortura que sufrió el nuevo comandante de la milicia rebelde libia, Abdel Hakim Belhaj, que como ya adelantó La Voz, fue víctima de un plan en el que el Reino Unido y EE.?UU. actuaron como cómplices para su detención en Malasia en el 2004. Luego fue llevado a Libia en un vuelo secreto de la CIA y encarcelado.
Relación de los agentes
El término que utilizó Cameron para calificar sucesos como este en el que se vieron involucrados agentes británicos fue malpractice, que se puede traducir como procedimiento ilegal, abuso de poder, incluso negligencia. En realidad pudo haber algo de todo esto en la relación que mantuvieron durante años los servicios secretos británico MI6 y la CIA norteamericana, con los servicios de inteligencia libios. Aunque esa relación que ahora sonroja a los británicos ocurrió cuando estaba en el poder el laborista Tony Blair, Cameron ordenaba ayer al exmagistrado sir Peter Gibson que investigue estas acusaciones como parte de una investigación ya en curso sobre el papel de agentes británicos en el maltrato de detenidos por causas terroristas en el extranjero.
Torturas en Trípoli
Por ejemplo, el caso de Belhaj, enviado a Libia en el 2004 y encarcelado en la prisión de Abu Selim, donde permaneció siete años y donde según explicaba a la BBC el domingo por la noche, fue interrogado por agentes británicos. «Lo que me sucedió fue ilegal y merece una disculpa», explicó el actual comandante de las fuerzas rebeldes libias. «Me inyectaron algo, me colgaron de una pared por los brazos y las piernas, y me colocaron en un contenedor rodeado de hielo», dijo refiriéndose a su paso por la cárcel, y agregó: «No me dejaban dormir, y había ruido todo el tiempo, me torturaban con regularidad». Belhaj se está planteando demandar a los Gobiernos estadounidense y británico.