En una ceremonia de enorme simbolismo, los restos fueron trasladados en la misma carroza que portó en 1937 el cadáver del primer presidente checoslovaco, Tomas Garrigue Masaryk.
22 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Decenas de miles de checos salieron ayer a las calles de Praga para participar en el cortejo fúnebre del expresidente y activista por la democracia Vaclav Havel. El cadáver del también dramaturgo fue acompañado en silencio y bajo una lluvia ligera por su viuda, Dagmar, por familiares y amigos, al ser trasladado desde la iglesia en la que fue velado por el pueblo los últimos dos días hasta el castillo de Praga, donde fue recibido con honores militares.
En una ceremonia de enorme simbolismo, los restos fueron trasladados en la misma carroza que portó en 1937 el cadáver del primer presidente checoslovaco, Tomas Garrigue Masaryk. Una guardia de honor acompañó a paso lento los restos de Havel. Muchos de los presentes rompieron en aplausos a la llegada del ataúd al castillo. Grupos de jóvenes agitaban sus llaveros, recordando cómo Havel y sus seguidores iniciaron hace más de dos décadas el fin del comunismo.
El hecho de que el discurso en honor de Havel lo pronunciara el presidente actual de la República Checa, Vaclav Klaus, desató numerosas críticas en el país, ya que en el pasado Klaus había acusado a Havel en público de intrigas y «errores fatales».