La retirada de El Baradei deja huérfana a la plaza Tahrir

enrique rubio EL CAIRPO / EFE

INTERNACIONAL

El nobel de la Paz denuncia que Egipto sigue bajo «el antiguo régimen»

15 ene 2012 . Actualizado a las 07:09 h.

La sorprendente retirada de Mohamed el Baradei de la carrera presidencial egipcia ha dejado a los revolucionarios de la plaza de Tahrir sin su favorito. El nobel de la Paz, que anunció ayer su renuncia porque no existe en Egipto «un verdadero marco democrático» y porque «el antiguo régimen aún no ha caído», es un hombre sin demasiado carisma y es más que probable que no estuviese llamado a convertirse en presidente tras las elecciones que tendrán lugar antes de julio. Pero sí era muy respetado por sus convicciones.

Nunca ocultó sus ambiciones, aunque su figura no ha calado del todo en la calle, que lo percibe como un advenedizo. También ha sido refractario a la exposición pública y al escrutinio de los medios, donde es legendaria su escasa disposición a las entrevistas. Pero su contestación al régimen de Mubarak cuando la revolución no era más que embrionaria y su hostilidad a la actual junta militar le granjearon el apoyo de la minoría liberal y laica del país. La misma que se resiste a abandonar Tahrir, y que fundamenta su desafío a los generales, que tiene visos de recrudecerse con ocasión del inminente aniversario de la revolución, en las acusaciones del nobel sobre el déficit democrático del país.

Antes que a su apuesta política en Egipto, El Baradei debe su popularidad a su labor como director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) entre 1997 y el 2009, que le otorgó el reconocimiento del Nobel por su empeño en fomentar la utilización de la energía atómica con fines pacíficos.

Poco después de abandonar el OIEA, emprendió su más arriesgada aventura: el 19 de febrero del 2010 aterrizó en el aeropuerto de El Cairo, donde cientos de personas lo recibieron como el hombre destinado a acabar con el régimen de Hosni Mubarak. Solo unos días después, anunció la creación, junto a otros opositores, de la Asamblea Nacional para el Cambio, la misma plataforma que aún hoy lo sigue apoyando.