La afluencia fue menor de lo esperado, pero la policía respondió con cientos de detenciones
06 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Miles de opositores rusos salieron ayer a las calles de las dos principales ciudades para protestar contra la victoria de Vladimir Putin en las elecciones del domingo y demandar su repetición por fraude. Los principales dirigentes del movimiento Por unas elecciones limpias, organizador de la mayor ola de protestas antigubernamentales desde la caída de la Unión Soviética, también pidieron a Putin una reforma del sistema político. «Continuaremos nuestra lucha pacífica y no violenta hasta que se cumplan nuestras exigencias», dijo el liberal Vladimir Richkov durante un mitin en la histórica plaza Pushkin, de Moscú.
La presencia de dos o tres decenas de miles de manifestantes fue mucho menor de lo previsto por los organizadores, que confiaban en atraer a más de cien mil personas, más aún al contar con autorización del ayuntamiento, para obligar al presidente electo a entablar un diálogo. «No reconocemos como legítimos los comicios. Se utilizaron tecnologías sucias de manipulación electoral», afirmó Serguéi Udaltsov, uno de los dirigentes opositores más radicales. Udaltsov, que fue detenido, adelantó que la oposición «reforzará la campaña de desobediencia civil con protestas multitudinarias, pero pacíficas».
Grupos de activistas más radicales intentaron aproximarse a la sede de la Comisión Electoral Central (CEC) para denunciar el fraude, acción que desembocó en más de un centenar de detenciones. Mientras, en la segunda ciudad rusa, San Petersburgo, unos 70 opositores fueron detenidos cuando intentaban acceder al Parlamento regional. Entre los detenidos se encuentra el abogado y bloguero Alexéi Navalni, el dirigente opositor más popular.
La CEC hizo oídos sordos a las críticas y confirmó la victoria de Putin con el 63,60 % de los votos, por debajo del resultado alcanzado en el 2004, cuando asumió por última vez la presidencia y obtuvo el 71,3 %. Putin, que no superó el 50 % en Moscú, prometió que pedirá al presidente de la CEC investigar las posibles infracciones denunciadas. Lo hizo tras reunirse con tres de los cuatro candidatos a los que se enfrentó, el multimillonario Mijaíl Projorov, el ultranacionalista Vladimir Yirinovski y el socialdemócrata Serguéi Mironov. El gran ausente fue el líder comunista y segundo candidato más votado (17,18 %), Guennadi Ziuganov.
La misión de observación electoral de la OSCE calificó de sesgada la elección. «Estaba limitada debido a que la competencia electoral» no fue «equitativa» y faltó «un árbitro independiente». «El proceso se deterioró en el recuento de los votos y fue evaluado negativamente en casi un tercio de las mesas electorales debido a la irregularidades de procedimiento. La UE dijo que comparte el análisis de los observadores y pidió a Moscú que solucione las «deficiencias». No obstante, las principales potencias occidentales admitieron el resultado, incluso empañado por irregularidades, pero pidieron a Putin que modifique su postura sobre Siria. El ganador de los comicios fue felicitado antes de que acabara el escrutinio por los líderes de Siria, Bachar al Asad, e Irán, Mahmud Ahmadineyad.