EE.?UU. el Reino Unido y Francia intensificaron la presión sobre Rusia y China para que dejen de vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que frene la represión de Damasco. «Es hora que todos los países, incluso las que previamente bloquearon nuestros esfuerzos, apoyen la propuesta política y humanitaria presentada por la Liga Árabe», dijo Hillary Clinton.
En la reunión a puerta cerrada del órgano de la ONU, la jefa de la diplomacia de EE.?UU. criticó el cinismo de Bachar al Asad, ya que mientras recibía al mediador Kofi Annan su Ejército lanzaba el asalto a Idlib y continuaba la represión en Hama, Homs y Rastán, según informó el Departamento de Estado.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, contraatacó poniendo como ejemplo la receta del cambio de régimen que se aplicó en Libia, cuando dijo que se engañó a la opinión pública y el Consejo de Seguridad «se dejó manipular» para aprobar el uso de la fuerza contra las fuerzas de Muamar el Gadafi.
El discurso de Clinton fue apoyado por sus homólogos británico, William Hague, y francés, Alain Juppé. Este último solicitó además al Consejo que los líderes sirios sean enviados ante un tribunal internacional de justicia por la sangrienta represión.
China consideró «pertinente» el plan de cinco puntos acordado el fin de semana por Rusia y la Liga Árabe para encontrar una solución a la crisis, y estimó que estas propuestas podrían desembocar en un avance «positivo». Este plan rechaza toda intervención militar extranjera, pero sugiere la puesta en marcha de un mecanismo de supervisión imparcial y la entrada de ayuda humanitaria.
A su vez, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presionó a Bachar al Asad al exigirle una rápida respuesta a las propuestas que le puso sobre la mesa el mediador Kofi Annan.