Sus últimas víctimas son tres niños y un profesor de una escuela judía
20 mar 2012 . Actualizado a las 14:04 h.Tres niños y un profesor fueron abatidos a tiros ayer ante un instituto judío de Toulouse por el mismo hombre que la semana pasada mató a tres militares en la región. Las motivaciones racistas parecen estar detrás de este asesino en serie que actúa con extraordinaria sangre fría.
A las ocho de la mañana, poco antes de la apertura del complejo escolar Ozar Hatorak, un motorista con mono y casco negro empezó a disparar contra los padres y alumnos que se congregaban en la puerta. Bajó del vehículo y cambió de pistola cuando se le encasquilló la 9 milímetros. Persiguió a los niños que huían y atrapó por el pelo a la hija del director, de 8 años. Le disparó a bocajarro y huyó, dejando detrás además los cadáveres del profesor de religión Jonathan Sandler y sus dos hijos de 3 y 6 años. Un alumno de 17 resultó gravemente herido y se encontraba anoche entre la vida y la muerte. La segunda pistola es una 11.43 del calibre 45 y el dictamen de balística no deja lugar a dudas; se trata de la mismo arma utilizada en el asesinato de tres paracaidistas de origen magrebí en Montauban y Toulouse la semana pasada. La moto ha sido identificada como una Yamaha de gran cilindrada robada justo antes del primer crimen.
Tres soldados expulsados
Según el semanario Le Point, la policía centra sus sospechas en tres soldados expulsados del regimiento número 17 de Montauban en el 2008 por sus tendencias neonazis. Encajarían en el perfil de paramilitar racista que privilegian los investigadores.
Sin descartar ninguna hipótesis, también se tiene muy en cuenta la pista islamista. El caso ha sido asignado a la sección antiterrorista de la Fiscalía de París. El Ministerio del Interior ha desplegado medios excepcionales en una gigantesca caza al hombre.
Los franceses se encuentran en estado de shock, la campaña electoral ha quedado en suspenso. Los candidatos han decidido respaldar unánimemente la actuación del presidente Sarkozy, que anunció la elevación del plan Vigipirate antiterrorista a su grado máximo, el escarlata, en la región de Toulouse, lo que no se producía desde los atentados de Londres en el 2005.
Todos los centros vinculados a las confesiones judía y musulmana tendrán vigilancia policial. «La República entera está movilizada» porque «este acto odioso no puede quedar impune», aseguró Sarkozy en una declaración institucional.
Todos los centros de enseñanza guardarán hoy un minuto de silencio en memoria de las víctimas. Ayer, una primera ceremonia en la sinagoga Nazareth de París reunió a los altos representantes del Estado y de las diversas confesiones religiosas.