Los dirigentes militares israelíes se muestran más mesurados sobre el riesgo de que Irán decida dotarse del arma nuclear y confían en la eficacia de las sanciones y en la racionalidad de Teherán. Un discurso que choca con el de Benjamin Netanyahu, que acusó hace una semana a «la gente que se niega a ver la amenaza iraní» de «no haber aprendido nada» del Holocausto.
El jefe del Estado Mayor israelí, el general Benny Gantz, declaró al diario Haaretz que no cree que el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, «quisiera dar el paso» necesario para la producción de armas nucleares. El general Gantz, que estuvo recientemente en EE.UU., calificó incluso de «personas muy racionales» a los dirigentes iraníes y consideró que las sanciones comienzan a dar frutos.
En la misma línea, el ministro de Defensa, Ehud Barak, garantizó, también a su regreso de Washington, que Irán «no ha decidido aún producir bombas atómicas». Respondiendo a una pregunta sobre el efecto de las sanciones internacionales, Barak también consideró que «si los estadounidenses, los europeos y los propios israelíes están decididos, hay una posibilidad de parar a los iraníes antes de que tengan el arma atómica».
En marzo, The New York Times filtró una información según la cual la inteligencia israelí, el Mossad, compartía el punto de vista de Washington sobre este punto. Un exjefe del Mossad, Meir Dagan, que durante ocho años estuvo a cargo del caso iraní, se mostró en varias ocasiones contrario a los ataques contra las centrales nucleares de Teherán.
Según un importante cargo israelí que quiso mantenerse en el anonimato, «el general Gantz solo repite alto y claro lo que los dirigentes militares han dicho a los políticos en los últimos años».