Dominique Strauss-Kahn, favorito de los sondeos hasta que el escándalo sexual lo apartó de la carrera presidencial, rompió ayer su silencio para acusar a Nicolas Sarkozy de estar detrás de su caída. A una semana de la segunda vuelta, el exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) relanza la tesis del complot político.
En su mitin de ayer en Clermont-Ferrand, Nicolas Sarkozy respondió exigiendo a Strauss-Kahn que «se explique ante la Justicia y le ahorre a los franceses sus comentarios». Su portavoz de campaña había acusado previamente a François Hollande de «estar forzosamente al corriente» del comportamiento del exdirigente socialista. El equipo de campaña de François Hollande dice que «Sarkozy está perdiendo los nervios».
En una entrevista al diario británico The Guardian, Strauss-Khan afirma que lo ocurrido con Nafisatou Diallo no estaba preparado, pero que la continuación del caso sí fue «orquestada con fines políticos». Añade que quizá fue «ingenuo en el plano político», pero que nunca pensó que «fueran a llegar tan lejos».
Las palabras de Strauss-Kahn tiene lugar en medio de una campaña en la que Sarkozy lo cita en cada mitin para enardecer a la audiencia cada vez que sentencia que no está «dispuesto a recibir lecciones de moral de quienes querían llevar a DSK al Elíseo».