La distinción de la Unesco a Belén alienta el Estado palestino
INTERNACIONAL
EE.UU. e Israel, en contra de reconocerla Patrimonio de la Humanidad
30 jun 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La iglesia de la Natividad de Belén es desde ayer Patrimonio de la Humanidad, de acuerdo con una decisión de la Unesco que supera las esferas culturales para adentrarse en la dimensión política. Los palestinos se apuntan un tanto en su objetivo de lograr un Estado independiente, frente a las críticas de Israel y Estados Unidos.
Más de 1.500 años tienen algunas de las piedras del templo construido sobre una gruta en la que, según la tradición cristiana, nació Jesús. Su valor turístico, con la llegada de dos millones de visitantes al año, e histórico es indiscutible. Como lo es la necesidad de reparaciones en la basílica. Por ello no resulta extraño que el Comité del Patrimonio Mundial reconociera en trámite de urgencia como lugar protegido la iglesia, una parte de la ciudad antigua que la rodea y la ruta de peregrinaje.
Lo singular son las maniobras diplomáticas que han rodeado la decisión y la dimensión de las reacciones a nivel internacional.
El primer ministro palestino, Salam Fayad, dijo que la decisión es de importancia internacional para el futuro Estado palestino y que lo coloca en línea con las naciones y las culturas del mundo. Fayad añadió que considera la votación la «victoria de una causa justa».
La Natividad pasa a ser el primer lugar histórico bajo control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que obtiene el sello de la Unesco, la organización de las Naciones Unidas que ya se colocó en el candelero del conflicto el pasado octubre. Entonces, admitió a Palestina como Estado número 195, pocas semanas después de que el presidente Mahmud Abás pidiera oficialmente el reconocimiento de los territorios que controla como miembro de pleno derecho en la ONU. No lo consiguió, especialmente por el anuncio de veto en el Consejo de Seguridad por parte de EE.UU., país que demostró su rotundo rechazo a la vía tomada por la ANP al retirar sus fondos a la Unesco.
Para los representantes de Washington, que ayer expresaron su «decepción», y más aún para Israel, las aspiraciones de reconocimiento puentean las para ellos imprescindibles soluciones negociadas, incluso pese a que el proceso de paz está ongelado. Para los palestinos el objetivo ahora es acumular admisiones en organismos de la ONU que puedan llevar a su calificación mundial como Estado.
Una posibilidad que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, observa como amenaza. La entrada de la Natividad en el Patrimonio de la Humanidad es, según él, una «medida unilateral que aleja de la paz».