Seis soldados estadounidenses pertenecientes a la ISAF, la fuerza de la OTAN en Afganistán, resultaron muertos ayer domingo tras la explosión de una bomba artesanal en el este del país, Las circunstancias del atentado no fueron precisadas.
El este y el sur de Afganistán son las principales zonas de fricción entre las fuerzas progubernamentales, apoyadas por la ISAF, y la insurrección talibán.
Por otra parte, el presidente afgano, Hamid Karzai, logró ayer en Tokio promesas de ayuda por 16.000 millones de dólares hasta el 2015 para financiar el desarrollo de su país una vez que las tropas internacionales completen su retirada, en el 2014. El anuncio se hizo durante la Conferencia de Tokio sobre Afganistán, que reunió a representantes de 55 países y 25 organismos internacionales para traducir a cifras el compromiso político expresado en la Conferencia de Bonn del pasado diciembre. La ayudad prometida está en línea con la solicitud de Karzai de 4.000 millones de dólares anuales para la transición del país y la posterior «década de transformación» (2015-2024), en la que Afganistán aspira a dejar de depender de la ayuda exterior. Los países donantes mantendrán la ayuda hasta el 2017 en «niveles cercanos» a los de los últimos diez años, como parte de su compromiso con uno de los países más pobres y también más corruptos del mundo.
La corrupción es una de las principales preocupaciones de la comunidad internacional, que pide a Kabul más esfuerzos para combatirla, ya que afecta a las instituciones y complica el reparto de las ayudas.
La Conferencia de Tokio sentó un nuevo «marco de responsabilidad mutua», que recoge en un documento los compromisos de las dos partes.