Medios y partidos, preocupados por el poder que concentra el presidente
14 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El presidente de Egipto, el islamista Mohamed Mursi, parece haber ganado su arriesgada apuesta de destituir al mariscal Huseín Tantaui y anular las amplias prerrogativas del Ejército.
Un golpe de autoridad que ha sido acogido por la clase política con una mezcla de alivio y recelo por los poderes que ahora concentra el mandatario de los Hermanos Musulmanes. En Israel la preocupación es palpable, mientras EE.UU. instó a Gobierno y Ejército a trabajar juntos.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) calificó ayer de «cambio normal» la remodelación de la cúpula castrense ordenada el domingo por Mursi. Horas antes, Mursi negó que su intención fuera marginar y avergonzar a nadie, y que solo actuaba pensando en el país.
La prensa califica de «revolucionarias» las decisiones, pero algunos medios y partidos mostraban preocupación al ver a Mursi concentrar todo el poder ejecutivo y legislativo en sus manos tras apartar el todopoderoso mariscal Tantaui, con el que mantenía una difícil cohabitación. «Los Hermanos oficialmente en el poder», titula el diario independiente Al Watan. El nobel de la Paz Mohamed el Baradei habló de un «paso en la dirección correcta»», aunque avisó de los «poderes imperiales» que tiene ahora el presidente.
Además de jubilar a Tantaui, Mursi ha retirado del alto consejo militar a varios jefes para colocarlos en puestos destacados del sector público. Así, el jefe de la Marina, el vicealmirante Mohab Mamish, toma el mando del organismo encargado del canal de Suez, una de las primeras fuentes de ingresos del país.
Ademas, Mursi tiene ahora en su manos la decisión de formar una nueva comisión encargada de redactar la Constitución.
«Tigre de papel»
Algunos comentaristas se sorprendían por la aparente facilidad con la que Mursi se deshizo de la jerarquía militar, cuando muchos esperaban una larga guerra de desgaste entre el presidente y los generales. «Esto demuestra que Tantaui y Anan no eran en realidad tan poderosos y que el CSFA era un tigre de papel», estima el analista Ibrahim Eisa, en Al Tahrir. Mursi podría haber aprovechado las rivalidades en una jerarquía militar decadente y debilitada por el ataque en el Sinaí.