Romney, ante el reto de convencer de que puede derrotar a Obama

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Los conservadores se reúne en Tampa para consagrar a su candidato

26 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Mañana, y si el tiempo no lo impide, empieza en Tampa (Florida) la 40ª convención nacional republicana. Un auténtico espectáculo político en el que el protagonista debe ser solo uno: Mitt Romney. Es su oportunidad de consagrarse como el rival de Barack Obama, después de meses de dudas en una campaña sin brillo. Y los organizadores están haciendo todo lo posible para que efectivamente sea así.

Pero el primero que está robándole protagonismo se llama Isaac y es un huracán que llegará a Tampa mañana, unas horas después de los 50.000 republicanos que participan en la convención. La cúpula del partido ya comunicó el viernes que a pesar de la amenaza meteorológica seguían adelante con el programa. Lo único que se discutía era el día en el que Romney iba a ser nombrado oficialmente candidato. Lo habitual es que sea al final de la cita, es decir, el jueves, pero la incertidumbre climatológica hace que se baraje la posibilidad de adelantarlo a mañana.

La principal amenaza

La otra amenaza que puede robarle protagonismo es el Tea Party. Romney ha sido un político alejado de esta corriente extremista. Además, no solo necesita los votos de su partido, también los votos moderados. Por esa razón lo último que quiere es una convención en la que los seguidores del Tea Party hagan mucho ruido. También la cúpula republicana se ha encargado de mitigar esto. Los miembros más importantes de esta corriente han sido eliminados de las litas de discursos. Ni Sarah Palin, ni Newt Gingrich ni Donald Trump hablarán en Tampa. Ni tampoco estará el candidato a senador Todd Akin, que hizo unas polémicas declaraciones sobre «violaciones legítimas».

También deben combatir con unos medios de comunicación a los que, el propio Partido Republicano acusa de ser pro Obama. Y lo cierto es que uno de los discursos más importantes, el de Ann, la mujer de Romney, no va a ser emitido en directo por ninguna de las grandes cadenas. Esto puede suponer un problema para el candidato porque, junto al suyo, el discurso de su mujer es uno de los puntales de la estrategia de su campaña para hacer la imagen de Romney más cercana al estadounidense medio. Ese es precisamente el flanco que tiene que mejorar el republicano. En las últimas semanas las cosas se le han puesto muy favorables a Romney que sube en las encuestas y gana en valoración. Y a la vez se le van poniendo cada vez peor a Obama. La mayoría de los análisis coinciden en que es su oportunidad de darle el golpe de gracia a su oponente y convencer al americano medio de que es un candidato creíble.

La estrategia para conseguir esto es el discurso de su mujer y, como es evidente, el suyo propio. Esa hora en la que el aspirante republicano a la Casa Blanca podrá dirigirse, por primera vez, a todos los estadounidenses. Una intervención que puede hacer ganar, o perder, unas elecciones y que es la razón primera de la convención de los conservadores.