Comparecerá en Burdeos ante el juez que instruye la investigación sobre presunta financiación ilegal de partidos por la heredera del imperio cosmético L'Oréal
21 nov 2012 . Actualizado a las 16:54 h.El expresidente Nicolas Sarkozy seguirá mañana los pasos de Jacques Chirac al convertirse en el segundo ex jefe del Estado francés en ser convocado por la Justicia, en su caso para testificar en el llamado caso Bettencourt.
Sarkozy comparecerá en Burdeos ante el juez que instruye la investigación sobre presunta financiación ilegal de partidos por la heredera del imperio cosmético L'Oréal, Liliane Bettencourt, y deberá responder también de las visitas que realizó en varias ocasiones al domicilio de la anciana.
El expresidente, según los medios, está convocado en el marco de la investigación relativa al presunto abuso de debilidad cometido por el círculo más cercano de Bettencourt, lo que no significa que al término de la audiencia vaya a ser imputado, pues podría acabar simplemente con el estatuto de «testimonio asistido».
Sarkozy está investigado en esta causa por supuestamente haber recibido 150.000 euros para su campaña en 2007, cuando salió elegido presidente, a través de su entonces tesorero, el exministro Éric Woerth, sospechoso de haber aceptado sumas de dinero en metálico de la multimillonaria.
Su despacho y su domicilio fueron registrados el pasado julio, y el juez ha interrogado ya a algunos de sus antiguos colaboradores, como el que fuera secretario general de la Presidencia Xavier Musca y dos antiguos consejeros de Justicia, Jean-Pierre Picca y Patrick Ouart.
En una agenda encontrada en ese registro, según los medios, los magistrados han podido observar numerosas coincidencias de fechas entre momentos claves del caso y sus citas con algunos de los protagonistas del mismo, como Patrice de Maistre, gestor de la fortuna de Liliane Bettencourt.
En el hipotético caso de ser imputado y condenado se convertiría en el segundo expresidente en verse en esa situación, después de que el Tribunal Correccional de París sentenciara en diciembre a Chirac a dos años de cárcel -exentos de cumplimiento- por malversación de fondos, abuso de confianza y prevaricación.