Cien inmolados en el centenario del Tíbet

Esperanza Calvo PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

China afirma que rememorar la independencia de esa región es una farsa

14 feb 2013 . Actualizado a las 19:38 h.

Mientras tracas y petardos siguen retumbando en Pekín, donde continúan las celebraciones por el Año Nuevo lunar, los activistas tibetanos en el exilio conmemoran el centenario de la independencia del Tíbet. Fue el 13 de febrero de 1913 cuando las tropas de la dinastía Qing abandonaron esa tierra. La fecha coincide con la inmolación de un monje tibetano de 22 años en Nepal, que se roció con gasolina antes de prenderse fuego en un restaurante de uno de los lugares sagrados budistas más visitados de Katmandú. Lo hizo rodeado de turistas y probablemente fue consciente de la enorme repercusión que su decisión provocaría. Aunque la suya es la primera inmolación que se produce en Nepal, con él se alcanza la simbólica cifra de cien bonzos desde 2009. El monje se encuentra en estado crítico ya que es muy difícil sobrevivir a las terribles quemaduras que abrasaron casi la totalidad de su cuerpo. Ochenta y tres de los cien tibetanos que hicieron lo mismo que él fallecieron, muchos tras días y semanas de agonía lo que pone de manifiesto la profunda desesperación que les empuja a llevar a cabo una acción semejante. El joven monje no dejó ninguna nota escrita explicando el por qué de su decisión aunque parece evidente que si un monje tibetano decide inmolarse lo hace para denunciar «la represión del pueblo tibetano por parte de las autoridades chinas» y el «genocidio cultural» que describe el Dalai Lama. Aunque China le llama «terrorista» y acusa al gobierno tibetano en el exilio de fomentar las inmolaciones, un portavoz desde Nueva Delhi calificó la acción como «muy desafortunada». Esta organización siempre se ha desvinculado de las inmolaciones.

Penas de asesinato para quien ayude a los bonzos

Nada se puede hacer contra alguien que ha decidido quitarse la vida y Pekín ha preferido intentar disuadir a los suicidas presionando a su entorno. Desde diciembre toda persona sospechosa de ayudar a alguien a prenderse fuego puede ser acusada de asesinato. En las últimas semanas ochenta tibetanos han sido detenidos bajo esos cargos. Dos han sido ya juzgados, uno de ellos condenado a 13 años de cárcel por homicidio intencionado y por intento de separación del estado. El otro ha sido condenado a pena de muerte por incitar a 8 personas a inmolarse.

Como reacción a la conmemoración del aniversario, las autoridades chinas han dicho que los motivos por los que «algunos grupos separatistas» se empeñan en rememorar el centenario de la independencia del Tíbet son «una farsa» Se refieren a la carta firmada por el XIII Dalai Lama llamada «Proclamación de Independencia del Tíbet». Sus palabras , recogidas en el libro «Tíbet, una historia política» escrito en 1967 por un aristócrata tibetano, indican que el Dalai Lama afirmó que el Tíbet era «una nación pequeña, religiosa e independiente». Sin embargo, para Pekín la «farsa» consiste en un error de traducción intencionado y mantienen que el texto original habla de región no de nación. Sea cual fuere lo cierto es que los esfuerzos de Pekín por estabilizar el Tíbet se prolongan sin éxito desde hace demasiado tiempo, exactamente desde el mismo momento de la «liberación» del Tíbet en 1951. Una zona a la que la prensa occidental tiene restringido el acceso.