Las decisiones europeas se han convertido en impopulares entre los alemanes y Merkel andará con pies de plomo para evitar decisiones que le minen votos. Su máxima de «si fracasa el euro, fracasa Europa» hace tiempo que no se oye. Según una encuesta del instituto Emnid, uno de cada cuatro alemanes podría imaginarse votar a un partido que esté a favor de la salida de Alemania del euro en las elecciones de septiembre.
Estos votos podrían acabar en manos del recién fundado partido político Alternativa para Alemania. Una formación partidaria del fin de la eurozona y del regreso de las divisas nacionales, que consiguió en un día 691 miembros, mientras que los asistentes a su primer evento público celebrado el pasado lunes superaron el millar.
Vuelta al marco
«Queremos nuestro antiguo y buen marco alemán, aunque no de manera inmediata. Primero habrá que cumplir con los requisitos legales», afirmó uno de sus fundadores, Bernd Lucke. El partido, autocalificado como eurocrítico, no antieuropeo, tendrá su primer congreso a mediados de abril en Berlín.
Aunque este partido no consiga acceder al Parlamento alemán, su fundación puede costarle votos valiosos a la canciller. No es el único factor de riesgo, porque hay que sumarle la crisis de Italia o la factura que la política de austeridad podría pasar a la economía alemana, fuertemente anclada en las exportaciones.