Las autoridades de Chechenia se esforzaron ayer en desvincularse de los hermanos acusados de los atentados de Boston. El primero Ramzán Kadirov, presidente de esta república norcaucásica integrada en la Federación Rusa. «Cualquier intento de trazar algún vínculo entre Chechenia y los Tsarnáev, si son encontrados culpables, será en vano. Ellos crecieron en América, sus opiniones y convicciones se formaron allí. La raíz del mal hay que buscarla en América», dijo en la red social Instagram.
En declaraciones a la agencia Ria Novosti, Kadirov afirmó que los Tsarnáev eran desconocidos en Chechenia y añadió que el drama es culpa de los servicios secretos estadounidenses. «No conocemos a los Tsarnáev, no han vivido en Chechenia, han vivido y estudiado en EE.UU. Lo que pasó en Boston es culpa de los servicios secretos estadounidenses», declaró.
«Es típico vincular todo lo que pasa en el mundo a los chechenos (...)», dijo. Kadirov mantiene un control férreo del país, con el beneplácito de Rusia, desde que heredó el poder de su padre tras las cruentas guerras de los años noventa. «Parece que los servicios secretos necesitaban lograr resultados por todos los medios para aplacar a la sociedad», añadió.
«Una trampa», según su padre
Anzor Tsarnáev, que se presentó como el padre de los hermanos, afirmó que eran inocentes y que se les había tendido una trampa. «Creo que los servicios secretos tendieron una trampa a mis hijos porque son musulmanes», declaró Anzor desde Majachkalá, capital de la república rusa de Daguestán. El padre se preguntó: «¿Por qué mataron a Tamerlán? Tenían que haberlo apresado vivo. El pequeño se ha escapado. Estudiaba segundo curso en la Facultad de Medicina en EE.UU. Le esperábamos para las vacaciones».
Terroristas de origen checheno han perpetrado en los últimos años graves atentados en Rusia, como los asaltos al teatro Dubrovka y a la escuela de Beslán, organizados por el islamista Shamil Basáyev.