La pantomima iraní llega a su fin

nolo mariño DUBÁI / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Seis de los ocho aspirantes a la presidencia del país son ultraconservadores leales al líder máximo, Alí Jamenei

09 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Poco importa quién gane la carrera electoral a la presidencia de Irán. El viernes, uno de los ocho candidatos preseleccionados sucederá al controvertido Mahmud Ahmadineyad. Aunque el puesto de presidente supervisa sectores importantes como la economía, las relaciones con Occidente, el programa nuclear o los proyectos militares recaen en el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei y su camarilla de clérigos. Sectores cada vez más amplios de la sociedad consideran que la elección será otra farsa antidemocrática. En palabras de una activista, «la democracia islámica es una pantomima».

De los ocho aspirantes, seis están considerados estrechos aliados de la cúpula dirigente. Entre ellos, se encuentran el ex ministro de Exteriores, Ali Akbar Velayati, asesor perenne del líder; el advenedizo alcalde de Teherán, Mohamad Qalibaf; y el sin duda favorito de Jamenei, el negociador nuclear, Saed Jalili, visto como su seguidor a ultranza. El carácter ultraconservador de los tres no impide que se lancen duras acusaciones. Velayati y Qalibaf achacan la grave situación económica a las sanciones internacionales y apuntan que se deben a la mala gestión de Jalili.

Poco queda del Movimiento Verde que en el 2009 sacudió la sociedad tras el pucherazo que permitió la reelección de Ahmadineyad. El veto al antiguo presidente Ali Akbar Rafsanyani ha minado aún más las esperanzas de reformistas y liberales tras cuatro años de represión.

Tanto el antiguo negociador nuclear Hasan Rohani como Mohamad Reza Aref, vicepresidente con Jatami, son los candidatos que pueden encuadrarse en el ala reformista, pero no tienen ni el tirón ni el apoyo del grupo principalista, como se conoce al ala dura del régimen y, sobre todo, no cuestionan la guía de Jamenei. Para Omid Memarian, analista iraní en el exilio, «los aspirantes a la presidencia revelan que Jamenei solo quiere un mero contable, y no un presidente».

Juventud desengañada

Según Interior, unos 50 millones de iraníes tienen derecho al voto. Cerca de 1,6 millones lo harán por primera vez. Sin embargo, la juventud es la mayor desengañada con el sistema de la República Islámica y la que puso todo su apoyo en los Verdes hace cuatro años. Ahora, sin expectativas de cambio social, la economía es la principal preocupación en un país que ha visto menguar su poder adquisitivo y frenado su desarrollo por las sanciones y una nefasta gestión de los recursos.

Los jóvenes no se sienten representados ni atraídos por una élite política poco preparada y que perciben como muy corrupta. «Ahmadineyad nos ha fastidiado a todos con su política económica. El dinero no vale nada y cada vez somos más pobres», confiesa Alí M., un joven empresario de Teherán acostumbrado hasta hace poco a un tren de vida elevado y que ha puesto sus ojos en la emigración como única vía para su futuro.

recta final de la campaña electoral