Berlusconi condiciona su apoyo a Letta a la reforma de la Justicia

María Signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La novia actual de Berlusconi, en la manifestación de apoyo a este ayer en Roma.
La novia actual de Berlusconi, en la manifestación de apoyo a este ayer en Roma. Yara Nardi < / span>reuters< / span>

Se reunió ayer con el primer ministro, que confía en llegar al próximo otoño

26 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Aunque el encuentro que mantuvieron anoche el primer ministro italiano, Enrico Letta, y Silvio Berlusconi estaba programado desde hace días, con la intención de establecer la agenda de reformas económicas del Gobierno, la coincidencia con la sentencia que condena a siete años de prisión e inhabilitación de por vida al magnate y político lo convirtió en una cita decisiva para la continuidad del Ejecutivo. Para Il Cavaliere es importante conseguir que no aumente el IVA y suspender el impuesto sobre la vivienda, dos puntos que se han convertido en ejes de su batalla, pero lo que realmente le preocupa ahora es la reforma de la Justicia, con la que pretende obtener beneficios ante sus problemas en los tribunales. Tanto es así que, si Letta no la convierte en prioridad, amenaza con enviar al traste la coalición que este encabeza.

Ante la situación, el primer ministro intenta ser optimista y aguantar el temporal. Su esperanza reside en llegar al otoño, lo que no será difícil ya que durante el verano se paraliza la máquina política italiana. Será entonces cuando se celebrarán las elecciones en Alemania y se espera un cambio en la política económica europea. Además, Letta confía en que en otoño las reformas empiecen a dar frutos positivos. De momento su preocupación se centra en la campaña antiimpuestos que ha puesto en marcha el PdL, el partido de Berlusconi, y que puede minar la imagen del Gobierno.

Adelanto electoral

Dentro del PdL son muchos los que desean que caiga el Gobierno y acudir rápidamente a nuevas elecciones presentando a su líder como un «mártir de la justicia», lo que le acarrearía muchas simpatías. Pero por ahora Berlusconi no parece convencido de que esta sea la solución, ya que es consciente de las pocas posibilidades de acudir a las urnas a pocos meses de las elecciones de febrero. Giorgio Napolitano, presidente de la República, no quiere oír hablar de crisis en un Gobierno que le costó tanto formar y que le obligó a prorrogar su mandato. Lo dijo ayer claramente en una intervención pública: «Desearía un poco de continuidad».

Además, Berlusconi tiene el temor a que, si retira su apoyo a Letta, el Partido Democrático (PD) forme un nuevo Gobierno buscando aliados entre los disidentes del Movimiento 5 Estrellas. De ser así quedaría al margen de cualquier decisión política que el nuevo Ejecutivo podría tomar. Tampoco sería fácil para él acudir a nuevas elecciones ya que su rival sería con toda seguridad Matteo Renzi, el joven alcalde de Florencia, único líder del PD capaz de ganar y que goza de las simpatías del 41 % de los italianos.

El desenlace a este embrollo podría estallar hacia final de año, cuando el Tribunal de Casación dicte sentencia definitiva en el caso Mediaset y confirme los cuatro años de prisión y los cinco de inhabilitación para Berlusconi. Sería su final político por lo que este, según se apuntaba ayer, ya está pensando en su hija Marina para tomar su relevo al frente del centro derecha italiano. En el PdL han empezado una campaña de apoyo a su líder con una recogida de firmas contra «la persecución que sufre» y que serán presentadas a Napolitano con la esperanza de que intervenga en su defensa. Un pequeño grupo de partidarios se unieron al director del diario Il Foglio, Giuliano Ferrara, en la céntrica plaza Farnesio de Roma para expresar su rechazo a la «pena bárbara» que, según su periódico, dictaron el lunes tres juezas del Tribunal de Milán contra el político conservador.