El escepticismo tiñe las conversaciones de paz que empiezan en EE.UU.
30 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Israelíes y palestinos vuelven a poner a cero el cronómetro de la paz con la ronda de conversaciones preliminares que iniciaron ayer en Washington bajo la mediación del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, esta vez sin las esperanzas que otros procesos llegaron a despertar aunque con un compromiso cerrado ayer para mantener el diálogo durante al menos los próximos nueve meses.
«Las expectativas son muy bajas», aseguró el exministro israelí de Justicia Yosi Beilin, quien considera sin embargo que ello puede ser precisamente una «ventaja» porque las partes podrán hablar sin presión diplomática y de los medios de comunicación. Protagonista hace veinte años del proceso de Oslo, en el que Israel y la OLP se reconocieron por primera vez tras décadas de antagonismo, Beilin atribuye la reunión de Washington a la «perseverancia» del jefe de la diplomacia estadounidense, y no a que las partes tengan un particular interés en buscar una salida negociada.
Israel, señaló el veterano columnista Dan Margalit en el diario Israel Hayom, solo puede salir ganando con estas conversaciones. «Si no manda (a sus negociadores) con las manos vacías, sino a negociar realmente, pueden ocurrir dos cosas: que traigan un acuerdo, total o parcial, que sería la opción preferida, o que el mundo reconozca por algún tiempo que Ramala bloquea el acuerdo», opinó.
En el caso del presidente palestino, Mahmud Abás, que hace dos años optó por buscar la solución a las aspiraciones nacionales de su pueblo a través del reconocimiento de la comunidad internacional, estas conversaciones no dejan tampoco de ser un compromiso ineludible.
«La Autoridad Nacional Palestina (ANP), una entidad creada con el consentimiento de Israel y financiada por países donantes encabezados por EE.UU., no puede actuar libremente fuera de la esfera política estadounidense», afirma el columnista palestino Ramzy Barud en un artículo de la agencia Maan.
Según este, basta con echar un vistazo al «terrible» resultado de las finanzas de la ANP en 2012, y a las aún peores perspectivas para el próximo bienio, para entender su «excesiva dependencia económica» que le obliga a «seguir el juego». En cualquier caso, y de no conseguir un acuerdo, Abás siempre podrá seguir sus iniciativas en las instituciones internacionales, en las que se ha anotado algún que otro tanto, más diplomático que práctico, al obtener el año pasado el reconocimiento del Estado de Palestina por más de 130 países y en la ONU.
El acuerdo de los negociadores para no dar por cortadas las conversaciones en nueve meses incluye la posibilidad de prolongarlas si hay progresos