Tras la alerta de un ciudadano, los policías llegaron armados al museo donde se exponían sus obras
28 ago 2013 . Actualizado a las 18:41 h.El pintor artista Konstantin Altunin, que pintó al presidente Vladimir Putin en ropa interior de mujer, huyó del país después de que la policía se incautó de cuatro cuadros y cerró el museo de San Petersburgo donde exponía sus obras.
La policía, que fue alertada por «un ciudadano que dijo que los cuadros expuestos violan la legislación rusa», se incautó el martes de cuatro obras de un pequeño centro privado bautizado como «Museo del poder», informó a la AFP el portavoz de la policía Viacheslav Stepchenko.
Los policías llegaron al museo armados con kalashnikov, dijo a la AFP Alexander Donskoi, fundador del establecimiento inaugurado a mediados de agosto en la Avenida Nevski, en el centro de la antigua capital imperial (noreste).
El museo está precintado y el pintor Konstantin Altunin, autor de las telas, huyó de Rusia y se encuentra en Francia, dijo Donskoi, ex alcalde de Arjanguelsk (norte), que fue perseguido y encarcelado cuando anunció que iba a presentarse a las elecciones presidenciales de 2008.
«Los expertos examinan actualmente» los cuadros incautados, dijo Stepchenko, quien sin embargo, no informó de la ley que ha violado esta exposición.
Se especula con que la legislación que habría violado es la recientemente aprobada por Putin que prohíbe todo tipo de propaganda homosexual ante menores y que la comunidad internacional considera homófoba y discriminatoria.
Uno de los cuadros, titulado «Travestis», representa a Vladimir Putin con un camisón o picardías peinando al primer ministro, Dimitri Medvedev, que lleva un brasier o sujetador. Otro muestra al diputado Vitali Milonov, impulsor de la polémica ley que castiga la propaganda gay ante menores, de pie ante una bandera con los colores del arcoiris, el símbolo de la homosexualidad.
Un tercero, que se titula «El Partido Comunista de la Unión Soviética en la Iglesia ortodoxa», muestra el rostro del patriarca ruso Kirill tatuado en el cuerpo de un delincuente junto con otro tatuaje de la efigie de Stalin.
El fundador del museo acusó al diputado Milonov de estar detrás del cierre de éste.
«Hace unos días visitó la exposición y volvió ayer (martes) con la policía», declaró Donskoi.
Citado por los medios locales, el diputado Milonov dijo que no quiere que le pinten con «la bandera que enarbolan los perversos y los sodomitas seropositivos».
Interrogado por la radio Echo de San Petersburgo, Milonov dijo que ha «salvado» a la administración del museo de los que querían «romperle la cara».
«Hay muchos chinches, es hora de exterminarlos», agregó, en referencia a los liberales y homosexuales.
Altunin huyó de Rusia el martes por la noche, preocupado por su seguridad, dijo Donskoi.
«Tras saber que la policía lo esperaba en su casa, Konstantin se compró el primer billete disponible para Dinamarca. Hoy está en Francia», agregó.
Dos jóvenes rusas, miembros del grupo de música de protesta Pussy Riot, cumplen desde 2012 una pena de dos años de cárcel por cantar una «oración punk» contra Vladimir Putin en la catedral de Cristo Salvador en Moscú.
«Nos acusan de extremismo. La policía nos ha recomendado que no hagamos ruido en torno a esta historia en víspera de la cumbre del G20», que se celebra en San Petersburgo a principios de septiembre, dijo Donskoi.
«Es escandaloso, el arte no tiene nada que ver con la política», prosiguió.
Alexander Borovski, experto de arte contemporáneo del museo ruso de San Petersburgo, está sorprendido por la forma en que han cerrado la exposición.
«El diputado Milonov tiene derecho a criticar la exposición en tanto que visitante, pero no puede hablar en tanto que fiscal», subrayó.