El editor del diario británico, Alan Rusbridger, defendió ante una comisión parlamentaria las informaciones
03 dic 2013 . Actualizado a las 21:36 h.El director del diario británico The Guardian, Alan Rusbridger, afirmó este martes ante una comisión parlamentaria que solo han publicado un 1 % de la información y todavía está por publicar el 99 % de la información secreta que filtró a los medios el analista de la NSA y la CIA estadounidenses Edward Snowden. «Creo que hemos publicado 26 documentos hasta ahora de los 58.000 que hemos visto, o más de 58.000. Así que hemos hecho una valoración muy selectiva sobre qué publicar», defendió el director del periódico. Se cree que Snowden descargó entre 50.000 y 200.000 documentos clasificados de la NSA y del Gobierno británico.
En el marco de una investigación sobre el papel de los servicios secretos en el Reino Unido, el Comité de Asuntos Internos del Parlamento de Westminster interrogó a Rusbridger acerca de la publicación de esos documentos y sobre las acusaciones por parte del Gobierno británico de que el diario ha puesto en riesgo la seguridad nacional.
The Guardian, que Rusbridger dirige desde 1995, ha aireado durante los últimos seis meses documentos que ponen en evidencia un sistema de espionaje masivo por parte de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense y su colaboración con la inteligencia británica. Rusbridger, de 59 años, afirmó que la publicación de los documentos del exespía estadounidense es una «historia en curso» para su periódico, por lo que rehusó revelar dónde se encuentra guardada la información que todavía no se ha hecho pública.
Los artículos del diario en los últimos seis meses han mostrado que Estados Unidos y algunos de sus aliados, incluido Reino Unido, han estado vigilando llamadas telefónicas, correos electrónico y las comunicaciones en las redes sociales a una escala no imaginada hasta ahora. «Ese no es el país en el que vivimos, el Reino Unido», dijo el director de The Guardian, que subrayó que su periódico «no ha utilizado un solo nombre» en las noticias que ha publicado para no poner en riesgo la seguridad de agentes de inteligencia.
El director de The Guardian detalló, sin embargo, que uno de los archivos con información filtrada por Edward Snowden lo comparte su periódico con el New York Times y se encuentra en la ciudad estadounidense. Además, recordó que el exanalista de inteligencia entregó también documentos al Washington Post y a los ciudadanos estadounidenses Glenn Greenwald y Laura Poitras. «Algunos de esos ficheros no están bajo nuestro control», afirmó Rusbridger, que subrayó que los documentos en poder de su periódico se encuentran en un lugar «seguro».
Rusbridger afirmó además que 850.000 personas en todo el mundo tenían acceso a las bases de datos de las que Snowden, asilado en Rusia con un permiso temporal, obtuvo los documentos que filtró a la prensa.
Intimidaciones a The Guardian
Sobre las declaraciones del jefe del servicio de espionaje interior británico, Andrew Parker, que acusó a The Guardian de haber entregado un «regalo» a los enemigos del Reino Unido, Rusbridger sostuvo que esas recriminaciones son «vagas» y que no se refieren a «ninguna información en concreto». «Hay algunos países, y generalmente no se trata de sistemas democráticos, en los que la prensa no es libre de escribir sobre estos temas y en los que los servicios secretos dicen a los directores de periódico qué deben escribir», señaló Rusbridger.
Rusbridger también señaló que un alto funcionario del Gobierno británico se puso en contacto con él para pedirle que destruyera la información de Snowden y que diversos diputados han pedido que se inicie un proceso judicial contra él, actitudes que considera «intentos deliberados de intimidación». «Disparar al mensajero es un viejo truco para distraer la atención», afirmó Rusbridger.
Asimismo, el periodista reveló que agentes del llamado centro de escuchas británico se presentaron en las oficinas del rotativo para destruir un disco duro que contenía material confidencial entregado por Snowden, si bien subrayó que antes de esa visita había sacado un duplicado de ese material.
Algunos miembros de la comisión han sugerido que Alan Rusbridger cometió delitos terroristas y le preguntaron si amaba a su país. «Somos patriotas y una de las cosas por las que somos patriotas es la naturaleza de la democracia y la naturaleza de una prensa libre y el hecho de que uno pueda en este país discutir e informar de estas cosas», defendió el director de The Guardian.