Israel anunció ayer la construcción de al menos 1.400 viviendas en asentamientos en Cisjordania y Jerusalén oriental a pesar de las advertencias de sus aliados. Los palestinos condenaron en los más duros términos estos planes, anunciados poco antes de una nueva misión de mediación del secretario de Estado John Kerry.
En el seno del gobierno israelí también hubo posiciones críticas. «Esta es una mala idea y nos ocuparemos de que siga siendo una mala idea y no se concrete», aseguró el ministro de Finanzas Jair Lapid, citado por el diario Yediot Ahronot. El líder opositor Itzak Herzog condenó también la construcción de asentamientos.
La Unión Europea había advertido a Netanyahu que responsabilizaría a Israel si las conversaciones de paz fracasaban por la ampliación de los asentamientos. El jefe de gobierno israelí señaló entretanto que desde que comenzaron las negociaciones, a fines de julio, nunca prometió frenar las construcciones. Según Netanyahu, las viviendas fueron levantadas solo en zonas que Israel prevé le serán adjudicados en un acuerdo de paz.