Erdogan se afianza con el triunfo de los islamistas en los comicios locales

estambul / agencias

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Seguidores del AKP celebran el triunfo en Ankara.
Seguidores del AKP celebran el triunfo en Ankara. ADEM ALTAN< / span> afp< / span>

El islamista Partido Justicia y Desarrollo (AKP) obtenía el 46,5 % de los votos cuando se lleva escrutado el 35 % de las urnas

31 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El partido del primer ministro Racep Tayip Erdogan se perfila como ganador de las elecciones municipales celebradas ayer en Turquía, que eran cruciales para su futuro después de meses de acusaciones de corrupción y autoritarismo. El islamista Partido Justicia y Desarrollo (AKP) obtenía el 46,5 % de los votos cuando se lleva escrutado el 35 % de las urnas, en especial en las provincias rurales del este, habitual granero de votos islamistas. Pero al cierre de esta edición se desconocía quién había ganado en Ankara y Estambul, ciudades de tendencia laica.

En esas dos ciudades los datos que ofrecen los medios muestran un resultado muy apretado entre el AKP y su principal competidor, el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP).

El candidato del CHP a la Alcaldía de Ankara, Mansur Yavas, aseguró en rueda de prensa que ha obtenido más del 50 % de los votos, aunque varios medios apuntaban a una victoria de los islamistas. En Estambul, el AKP sacaba una mínima ventaja a los socialdemócratas.

La jornada electoral estuvo marcada por una alta participación y por peleas entre candidatos que dejaron ocho muertos y unos cuarenta heridos. En Estambul, dos activistas de Femen irrumpieron en el colegio electoral donde usualmente acude a votar Erdogan, y se descubrieron el pecho para mostrar el mensaje «Prohibid a Erdogan», antes de ser arrestadas.

El resultado de estos comicios sería un claro espaldarazo al primer ministro, desafiado por protestas en las calles, denostado por la oposición e implicado en un escándalo de corrupción. Erdogan convirtió esta cita con las urnas en un plebiscito sobre sus once años de poder. A sus 60 años, es considerado por sus partidarios como el artífice del desarrollo económico de Turquía, pero sus detractores lo tachan de «dictador», reprochándole su deriva islamista y autoritaria.