El copresidente de la república rebelde anunció que la entidad había pedido a Moscú su anexión a la Federación Rusa
16 may 2014 . Actualizado a las 20:44 h.La región insurgente ucraniana de Donetsk se autoproclamó este viernes república parlamentaria, nombró un «jefe de Estado» y se mostró dispuesta a integrarse en otro Estado federal, un paso más en su abierto desafío al Gobierno central.
«El Soviet Supremo es el único y permanente órgano legislativo del poder estatal de la república popular de Donetsk», informó la página web de los rebeldes prorrusos.
Así lo estipula su Constitución, redactada y aprobada por el Parlamento (150 diputados), que establece también que el Soviet Supremo nombrará tanto al jefe del Gobierno como al gabinete de ministros.
El presidente del Soviet Supremo y por lo tanto el jefe de Estado de la «república popular de Donetsk» será Denís Pushilin, uno de los líderes más destacados de la sublevación prorrusa contra Kiev.
Mientras, dos ciudadanos rusos, según la agencia UNIAN, habrían asumido los cargos de primer ministro -el politólogo Alexandr Borodái-, y de ministro de Defensa, Ígor Strelkov, supuesto oficial del Servicio de Inteligencia Militar de Rusia (GRU).
La Carta Magna también recoge el procedimiento de ingreso de la república en un Estado federal, sin especificar si sería Rusia, como en el reciente precedente de la península de Crimea, o Ucrania, lo que, en cualquier caso, debería plasmarse en un acuerdo bilateral.
«En caso de ingreso en un Estado federal, la república sería un sujeto federado con los mismos derechos que el resto», reza, y precisa que las fronteras de la república se corresponden con las de la «antigua región de Donetsk».
El documento establece dos lenguas oficiales, el ruso y el ucraniano, y se propone fomentar la diversidad cultural y la igualdad de derechos.
Además, proclama la primacía de la religión ortodoxa en la república separatista, aunque permite la libertad de credo.
Los separatistas de Donetsk, que el lunes proclamaron su independencia y pidieron el ingreso en Rusia, ya crearon esta semana sus propias Fuerzas Armadas y han exigido a las tropas gubernamentales que abandonen el territorio, ya que las consideran «fuerzas ocupantes».
«Si los blindados y demás equipos no son retirados a 20-30 kilómetros de Donetsk y no se retiran los puestos de control, todo será destruido. Me da igual que sean reclutas, jovenzuelos de 18 años, veteranos profesionales o, particularmente, mercenarios», aseguró Serguéi Zdriliuk, subjefe de los milicianos de Donetsk.
Los milicianos bloquearon este viernes otra unidad militar situada entre Donetsk y la localidad de Avdeevka.
«Llegó un representante de la 'república popular de Donetsk' y nos exigió que cambiemos de bando, juremos lealtad y que depongamos las armas. Nos negamos», dijo el subjefe de la unidad a medios locales.
Al mismo tiempo, los insurgentes han reconocido que su ultimátum que venció anoche no ha surtido el efecto deseado, ya que Kiev ha proseguido su ofensiva contra los bastiones prorrusos en Donetsk.
«La reacción de las autoridades de Kiev ha sido inmediata: las tropas han sido reforzadas. Nos han atacado con todo: paracaidistas, aviación, tanques y unidades especiales (de los ultranacionalistas) del Sector de Derechas», según un comunicado divulgado por los rebeldes.
Con todo, se muestran convencidos de que podrán rechazar los ataques, ya que la moral entre las tropas gubernamentales es baja y los casos de insubordinación y deserción son cada vez más frecuentes.
Kiev se niega a suspender la «operación antiterrorista» y este viernes logró un importante éxito con la detención del comandante de las milicias rebeldes de la vecina región de Lugansk, Alexéi Relke.
Relke, jefe del llamado Ejército Sur-Este, fue detenido y trasladado a otra región para su procesamiento por diversos delitos, entre ellos el de intentar revertir el orden establecido.
El ministro del Interior ucraniano, Arsén Avákov, aseguró que el detenido es uno de los «terroristas» más radicales que operan en las regiones prorrusas.
Al mismo tiempo, las autoridades intentan tender puentes con las regiones rusohablantes con la celebración el sábado de la segunda mesa redonda de unidad nacional en Járkov, la mayor ciudad del este de Ucrania.
La ex primera ministra Yulia Timoshenko y el expresidente Leonid Kravchuk propusieron celebrar la reunión en Donetsk, pero al no poder garantizar la seguridad de los presentes las autoridades han optado por la región vecina.
Timoshenko abogó por invitar a la mesa redonda a los principales representantes sociales, empresariales y religiosos del este rusohablante, y propuso celebrar un referéndum coincidiendo con las elecciones presidenciales ucranianas del 25 de mayo para aplacar los ánimos de protesta entre los insurgentes.
Los prorrusos ya se negaron a participar en la primera mesa redonda celebrada el miércoles en Kiev en la que el presidente interino, Alexandr Turchínov, rechazó a su vez cualquier tipo de diálogo con los «terroristas».