Obama propone una partida de 1.000 millones de dólares para reforzar la seguridad de Europa del este

AFP

INTERNACIONAL

LARRY DOWNING

La propuesta también permitiría a Ucrania, Georgia y Moldavia trabajar con Estados Unidos para construir sus propios sistemas de defensa

04 jun 2014 . Actualizado a las 00:32 h.

El presidente estadounidense, Barack Obama, propuso este martes en Varsovia un plan de seguridad de 1.000 millones de dólares (unos 730 millones de euros) para tranquilizar a sus aliados de Europa del este, preocupados por la actitud de Rusia en Ucrania, donde el ejército ha intensificado su ofensiva contra los separatistas prorrusos.

Esta «iniciativa para tranquilizar a Europa», que todavía tiene que ser aprobada por el Congreso estadounidense, también permitiría a los países que no forman parte de la OTAN, como Ucrania, Georgia y Moldavia, trabajar con Estados Unidos y sus aliados occidentales para construir sus propios sistemas de defensa, dijo la Casa Blanca.

Obama pidió a sus aliados europeos que aumenten el gasto militar, lamentando los recortes en esta área en Europa a causa de la crisis económica, en rueda de prensa tras reunirse con su homólogo polaco Borislaw Komorowski. El presidente estadounidense también pidió a Rusia que «use su influencia» ante los separatistas prorrusos en el este de Ucrania para que cesen sus ataques a las tropas gubernamentales, e impidan la llegada de combatientes y de armas a la región. Advirtió que una nueva «provocación» rusa en Ucrania podría acarrear nuevas sanciones económicas.

Obama estimó que sus esfuerzos para restaurar la confianza con Moscú habían quedado anulados por la actitud del presidente ruso, Vladimir Putin, en Ucrania. «Es justo decir que la reconstrucción de la confianza tardará un tiempo», comentó al respecto. La OTAN indicó el martes que Rusia había retirado la mayoría de los 40.000 soldados que había desplegado cerca de la frontera con Ucrania, y que los que quedaban se preparaban para la retirada.

En Ucrania, las fuerzas ucranianas intensificaron el martes su ofensiva contra los separatistas prorrusos en los alrededores del bastión prorruso de Slaviansk, donde murieron dos soldados y 42 resultaron heridos según Kiev, y en la región de Lugansk, donde la aviación ucraniana «eliminó» a varios separatistas, según el presidente saliente Olexandre Turchinov.

La ofensiva lanzada desde hace casi dos meses por Kiev ha dejado más de 200 muertos entre los insurgentes, las tropas ucranianas y la población civil. En los últimos días se ha intensificado ante la perspectiva de la ronda de contactos diplomáticos que ha empezado con la llegada del presidente de Estados Unidos a Polonia.

Obama participa en las celebraciones del 25º aniversario de las primeras elecciones democráticas de Polonia, exmiembro del bloque soviético, tras la caída del comunismo. Su presencia es especialmente simbólica teniendo en cuenta la crisis ucraniana que enfrenta a Moscú con las capitales occidentales.

El presidente estadounidense se entrevistó durante la tarde sobre la crisis ucraniana con una decena de dirigentes de Europa central y oriental. Sus homólogos francés y alemán, François Hollande y Joachim Gauck, estarán en Varsovia el miércoles.

Apoyo a Poroshenko

El presidente electo de Ucrania, Petro Poroshenko, llegó el martes por la tarde en su primer viaje al extranjero desde su elección el 25 de mayo con el 54,7% de los votos.

El líder ucraniano se reunirá el miércoles en la mañana con Obama.

En señal de su decidido apoyo al nuevo régimen de Kiev, una ayuda militar estadounidense a Ucrania podría ser anunciada.

Poroshenko asistió el martes por la tarde a la entrega del Premio Solidaridad, creado por Polonia, al líder histórico de los tártaros de Crimea, Mustafa Djemilev, en el castillo de Varsovia.

Otra señal de apoyo occidental es el anuncio del ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, de que viajará a Kiev para asistir a la investidura de Poroshenko.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se reunirá por su parte con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, el jueves en París para hablar entre otros temas de la situación en Ucrania, indicó Jennifer Psaki, portavoz del Departamento de Estado.

Estos encuentros se producen en un contexto especialmente tenso.

Tras los enfrentamientos del lunes entre guardias fronterizos y separatistas prorrusos en Lugansk, el ministerio ruso de Relaciones Exteriores denunció el «crimen» que las autoridades ucranianas estaban cometiendo «contra su propio pueblo».

Washington aseguró que tenía «pruebas» de que Rusia seguía dejando pasar «combatientes» y «armas» al este de Ucrania.

Otro conflicto entre los dos países concierne el ámbito energético. Rusia amenaza con cortar el suministro del gas si su país vecino no paga sus deudas y Ucrania pide que se renegocie el precio, muy superior al del resto de Europa.

Después de su visita a Polonia, Obama participará en una cumbre del G7 en Bruselas el miércoles por la noche y el jueves, y a las celebraciones del 70 aniversario del desembarco de Normandía (oeste de Francia), en las que participará también Vladimir Putin.