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Un asesinato, un análisis masivo de ADN y un adulterio en un mismo caso

Efe

INTERNACIONAL

El asunto ocurrido en Italia es digno de novela negra

20 jun 2014 . Actualizado a las 19:47 h.

Los medios de comunicación italianos se encuentran absortos en un caso que semeja de película de suspense, pero nada más lejos de la realidad, el crimen sucedió en 2010. El asesinato de una adolescente en ese año, llevó a la Policía a efectuar un análisis masivo de ADN que acabó destapando esta semana no solo al presunto asesino sino un adulterio de hace 40 años.

Cuatro años más tarde del asesinato de Yara Gambirasio, las investigaciones han conducido como presunto autor de los hechos a Massimo Giuseppe, un albañil de 44 años al que se le ha relacionado como hijo ilegítimo de Giuseppe Guerinoni, un conductor de autobús fallecido en 1999.

Esto ha llevado a que aparezca una protagonista más en el caso, la madre del presunto asesino, Ester Arzuffi, que nunca pensó que su aventura extraconyugal se haría pública. Ella niega la relación y afirma que «la ciencia se equivoca, no es cierto. Jamás estuve con Guerinoni», como reflejó en el periódico italiano Il Corriere della Sera.

El escándalo ocupa desde hace días las portadas de los principales diarios del país, así como de los telediarios y de los boletines informativos, y hoy la declaración de Arzuffi le dio una nueva vuelta de tuerca. El caso se remonta al 26 de noviembre de 2010, cuando los padres de Yara Gambirasio denunciaron la desaparición de su hija, entonces una adolescente de 13 años. El cadáver fue encontrado tres meses después en un campo en Madone, en la provincia de Bérgamo (Lombardía, norte de Italia) con seis puñaladas y una herida profunda en la cabeza.

En la investigación, la Policía descubrió que el asesino había dejado una gota de sangre en los pantalones de la niña, cuando presuntamente se hirió un dedo con un cuchillo al intentar arrancarle la ropa interior. Los investigadores decidieron realizar 18.000 pruebas de ADN a los habitantes de la zona para dar con el responsable del delito. Ha sido un examen genético sin precedentes que permitió concluir que el autor del asesinato era uno de los hijos de Giuseppe Guerinoni, el conductor de autobús ya fallecido. Sin embargo, las pruebas de ADN realizadas a sus hijos dieron negativo, por lo que los investigadores supusieron que el responsable debía ser otro vástago fruto de una infidelidad.

El pasado lunes, los análisis dieron un nombre, el de Massimo Giuseppe Bossetti, padre de tres hijos y sin antecedentes penales. Según la prueba, que se efectuó dos veces para asegurar la exactitud, Massimo Giuseppe es hijo del conductor de autobús y no del hombre al que, hasta ahora, creía su padre, Giovanni Bossetti. Como conclusión, el caso ha dejado diversos resultados como que el hombre que se creía el padre del presunto asesino se ha enterado de la infedelidad de su mujer, la hermana gemela de Bosseti ha descubierto que su padre no es su padre y el menor de los hermanos Bosseti ahora tiene dos hermanastros, que no hermanos.

Ester Arzuffi, de 67 años, lo niega todo: Guerinoni «era un amigo, pero nunca tuvimos una relación», afirmó la mujer. «Vivía en Ponte Selva (Bergamo) como él, no lo oculto. Pero era un conocido. Mi marido le pedía que me llevara al trabajo, en coche, porque pasaba por la zona. Después por la tarde volvía en autobús. Pero entre conocer a una persona y tener una aventura con ella hay un trecho», subrayó Arzuffi.

La mujer reitera la inocencia de su hijo y dijo comprender el dolor que sienten los padres de Yara, asegurando que tiene pendiente «acercarse a verlos y a darles un abrazo». Para su hijo, otro mensaje desde el diario: «Le mando un abrazo. Quiero mirarle a los ojos y decíirle que no es el hijo de ningún otro».