«El problema será cuando los combatientes vuelvan a casa»

La Voz

INTERNACIONAL

22 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El recién formado frente jordano del Estado Islámico de Irak y Siria (EIIL) ha llevado a cabo su primera demostración en la calle. Todavía minoritaria, pero ante unas fuerzas de seguridad conscientes de que el retorno de los yihadistas jordanos que luchan en Siria e Irak podrían incrementar su apoyo y radicalizar sus movimientos. «Lo que ocurre ahora mismo tiene su explicación en que la región de Maan es una de las más pobres y en esta parte del mundo la tendencia es que los desfavorecidos sean captados por el extremismo», afirma el periodista jordano Raed al Omari. «Por eso, allí ya era fuerte el movimiento salafista que es el que da soporte».

Las banderas negras que se enarbolaron el viernes, día de rezo, mostraron la activación en el reino hachemí de un EIIL envalentonado tras sus recientes conquistas en los países vecinos. La extensión de su pretendido califato islámico se podría acoplar a la mayoría suní del país, pero en Jordania faltan las tensiones sectarias y radicales que agita el movimiento yihadista. Aunque se sabe del riesgo de que se sirvan de los líderes islamistas palestinos, origen mayoritario de la población, para pretender el valle del Jordan, frontera con Israel, con los ojos puestos en la «liberación de Jerusalén». Una quimera por el momento, dado que la alta cualificación del Ejército jordano es el resultado de la salvaguarda de este linde.

Control de la frontera

Las fuerzas jordana han demostrado que no van a permitir una mínima tentativa. Desde abril, un contingente está desplegado a lo largo de la frontera con Siria y con Irak, ya han respondido con contundencia atacando, incluso con aviación, elementos sospechosos que se acercan a la línea territorial. Desde diciembre, además, han detenido a más de 200 yihadistas que regresaban al país.

Aún así, EIIL desafía y la semana pasada pidió a sus simpatizantes que se levantaran en armas. Las informaciones apuntan a la consolidación de una infraestructura a la que ya han transferido más de dos millones de euros para dar tratamiento médico a los combatientes en Siria y explorar la apertura de nuevas rutas hacia Irak. «Lo tienen difícil con la seguridad jordana -asevera al Omari-, el problema será cuando los combatientes vuelvan».