El SPD quiere expulsar a los diplomáticos de EE. UU. que contrataron al doble espía
09 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.A los alemanes se les acaba la paciencia y exigen una cumbre entre Obama y Merkel cuanto antes. Ya está bien de disculpas telefónicas y de declaraciones de buenas intenciones por parte de Washington, se lee estos días en los editoriales. Ayer, políticos de la coalición que dirige Angela Merkel exigían consecuencias políticas. El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, acusaba a Estados Unidos de «obsesión por controlar a todo el mundo». Desde su partido se pedía que los servicios secretos alemanes abran su foco también a países amigos. El partido de La Izquierda iba más allá y reclamaba que Obama se subiera al próximo avión para pedir disculpas oficialmente en Berlín. Los Verdes, por su parte, recordaban que la solución al escándalo de espionaje no puede ser el contraespionaje.
La indignación en Alemania es grande y es que los escándalos de espionaje por parte de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) se multiplican desde hace un año, lastrando las relaciones transatlánticas. El presunto contraespionaje de un agente de los servicios secretos alemanes, contratado al parecer directamente por la CIA y que recibía órdenes desde la embajada estadounidense en Berlín, ha sido la gota que colmó el vaso. La canciller dijo más de lo que ha dicho en todo un año: «Si se confirman las acusaciones, sería una clara contradicción con lo que debe ser una cooperación entre socios y servicios secretos». Su ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, añadía que «no se puede pasar página sin más». Los socialdemócratas pidieron la expulsión de los diplomáticos que habrían contratado al espía.
¿Cómo se explica pues la paciencia de Alemania? ¿Por qué tanta cautela por parte de Merkel? Unos encuentran la respuesta en el pragmatismo alemán. Otros buscan explicaciones históricas. Está claro que en Alemania todo aquel que tenga más de 50 años se siente agradecido por la ayuda que EE.UU. prestó a Alemania a la hora de combatir a Hitler. El problema es que este sentimiento no es mutuo y EE.UU. espía a todos, independientemente de si son amigos o enemigos.
La fiscalía general investiga al presunto agente doble, al que se detuvo por pasar datos a los servicios secretos rusos. Mientras tanto, no es de esperar que Merkel tome decisiones políticas. Esto puede demorar semanas o meses. La estrategia de Merkel de ignorar situaciones incómodas y esperar a que escampe, suele darle resultado. Esta vez habrá que ver si puede ignorarlo durante mucho más tiempo.