Relega a los moderados y coloca a un euroescéptico en Exteriores
16 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El Gobierno británico de coalición entre conservadores y el Partido Liberal-Demócrata (PLD) arrastraba una incógnita desde su inicio. Los delegados de ambos partidos negociaron un programa que dejaba sin definir el último año. Se interpretó en el 2010 que los liberal-demócratas de Nick Clegg no querían ir más allá porque en algún momento desearían abandonar el Ejecutivo y recobrar su identidad.
Esa conjetura tiene ahora una difícil conexión con la realidad. El PLD ha sido diezmado en sucesivas elecciones. Según los sondeos internos, ni el propio Clegg ni otros líderes tienen asegurada la reelección como diputados el año que viene. Y, cuando falta un año para las elecciones y la amenaza de la independencia de Escocia se disipa en los sondeos, que pronostican el no, el primer ministro, David Cameron, se adelanta a sus socios de coalición y remodela el Gabinete. «Es la purga de los moderados», decían ayer los laboristas. Porque salen del Gobierno figuras con trayectoria notable.
El principal nombre de esta facción ha sido en la última década Kenneth Clarke, que formó parte del Gobierno de Edward Heath en los 70 y era hasta ayer ministro sin cartera. Fue titular de Educación y de Sanidad de Thatcher, lugarteniente esencial de John Major y no llegó a liderar a los tories porque su política, expresada según Thatcher «con un estilo brutal», fue siempre favorable al entendimiento en la UE. La deriva euroescéptica del partido impidió su ascenso.
¿Qué otros moderados se caen del Gabinete? Es más difícil precisarlo. William Hague deja Exteriores, pero no se le puede calificar de moderado ni su caída como una purga. Compromisos familiares y el cansancio lo han llevado a buscar otros caminos.
Purga de hombres mayores
Lo sustituye Philip Hammond, hasta ahora ministro de Defensa. Hombre de apariencia gris y conspiraciones agudas, dijo en su día que sería partidario de abandonar la UE si no se consiguen las reformas necesarias antes del 2017. Ayer añadió que está convencido de que se logrará el acuerdo para ganar esta consulta.
Más imprevisto es el relevo de Michael Gove en Educación. Pasa a responsable de la disciplina parlamentaria ante un calendario en el que el asunto no tiene mayor importancia.
Si no es purga, ¿qué es? Es la obra de Lynton Crosby. Alcanzó su reputación en Australia y ha operado ya en el Reino Unido. Es el estratega de sondeos y elecciones contratado por Cameron y ha concluido que el Partido Conservador tiene una imagen «masculina, pálida, de habitación cerrada». La purga es de hombres; hombres, además, mayores y con mal color, porque se encierran en despachos y clubes.
Llegan más mujeres y las nuevas promociones tories. Las mujeres son el 21 % de los candidatos conservadores en las próximas elecciones, así que la presencia de 5 ministras en un Gabinete con 17 conservadores no corresponde a la realidad del partido. Pero el resto es posiblemente congruente con la evolución más doctrinaria y euroescéptica.