Israel hace oídos sordos a la presión mundial y sigue con los bombardeos

Laura fernández-Palomo AMÁN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Los médicos palestinos atienden a un niño herido en el bombardeo al hospital.
Los médicos palestinos atienden a un niño herido en el bombardeo al hospital. IBRAHIM ABU MUSTAFá < / span>reuters< / span>

Los proyectiles alcanzaron un hospital, donde provocaron cuatro muertos

22 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Se abre el debate sobre los límites del derecho de autodefensa al que apela Israel para llevar a cabo la actual ofensiva sobre Gaza. La destrucción y el número de muertes y heridos causados por los intensos bombardeos de los últimos días han movilizado a la comunidad internacional, que presiona para alcanzar un alto el fuego. «No queremos ver más civiles muertos» en Gaza, advertía el presidente de EE.UU., Barack Obama, pese al apoyo dado previamente.

La ONU pidió el inmediato cese de hostilidades y la alternativa vuelve a ser el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, que llega de nuevo a la región para conseguir la tregua. El presidente palestino, Mahmud Abás, y el líder político de Hamás, Jaled Meshal, parecen haber llegado a un acuerdo, con la mediación de Catar, que podrían presentar durante el día de hoy.

Hasta el momento, las negociaciones auspiciadas por Egipto no han prosperado. «El trabajo no será fácil, hay enormes pasiones involucradas y dificultades estratégicas», reconocía ayer Obama como explicación al difícil acercamiento entre Israel y Hamás. Tan solo en dos ocasiones se alcanzó un breve alto el fuego y una ventana humanitaria, tras lo que se reanudó la violencia que sigue escalando en intensidad. Consciente de ello, Obama ha propuesto regresar al acuerdo del 2012.

Los tanques israelíes dispararon ayer contra el hospital Al Aqsa, en Ciudad de Gaza. La explosión dejó cuatro palestinos muertos y cincuenta heridos. Según la doctora Stephanie Dekker declaró a Al Jazeera, la artillería habría impactado en la tercera planta, mientras que el Ejército israelí dijo haber alcanzado un depósito de munición antitanque que se encontraba en los aledaños del centro. La nota de la Ejército justificó su ataque asegurando que Hamás «emplea de forma sistemática viviendas, hospitales y mezquitas» para desarrollar su actividad hostil.

Las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) respondieron a la entrada de militantes («terroristas», según las fuentes oficiales) en Israel a través de los túneles que esta operación tiene como objetivo destruir. En esta lucha, que el brazo armado de Hamás considera una operación, ha confirmado la caída de diez de sus combatientes. El grupo entró dividido en dos unidades que fueron atacadas desde el aire. Dos de ellos, regresaron a territorio gazatí. La información oficial de las FDI es que se han detectado tres entradas directas desde Gaza.

El lunes murieron 55 palestinos, la mayoría civiles y 23 de ellos en solo dos horas, según fuentes médicas palestinas. Dele número de víctimas, cuando la ofensiva ya supera globalmente el medio millar, 17 eran menores.