La mafia excomulgada por el papa recibe homenajes en las procesiones

María Signo Roma

INTERNACIONAL

Fueron solo cinco minutos los que se paró la procesión de la Virgen del Carmen delante de la funeraria del jefe mafioso Alessandro D'Ambrogio, pero fueron suficientes para desencadenar la ira de la Iglesia

04 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Fueron solo cinco minutos los que se paró la procesión de la Virgen del Carmen delante de la funeraria del jefe mafioso Alessandro D'Ambrogio, pero fueron suficientes para desencadenar la ira de la Iglesia. Aunque el boss de la Cosa Nostra está en la cárcel de alta seguridad de Novara, en el norte de Italia, la procesión que recorría las estrechas callejas del barrio de Ballaró de Palermo quiso rendirle homenaje deteniendo la imagen santa ante su familia y sus amigos. La banda continuó tocando mientras dos niños besaban el rostro de la Virgen con el beneplácito de los hermanos D?Ambrogio.

Una escena que parece sacada de alguna vieja película en la que aparece una Italia que muchos desearían que desapareciera. El primero de ellos, el papa. Francisco fue claro el 21 de junio cuando ante los 250.000 fieles reunidos en Sibari, en Calabria, dijo: «Los mafiosos están excomulgados». Nunca un papa había ido tan lejos, aunque ya en otras dos ocasiones Bergoglio había tocado el tema. La primera, durante la beatificación del sacerdote siciliano Pino Puglisi, cuando hizo suyo el anatema lanzado veinte años antes por Juan Pablo II que había gritado: «¡Mafiosos, convertíos!». Hace cuatro meses Francisco volvió a insistir durante un acto de homenaje a las víctimas inocentes de la mafia y les volvió a pedir su arrepentimiento para «no acabar en el infierno».

La reacción se hizo sentir en forma de huelga. Los casi 200 presos de la cárcel de máxima seguridad de Larino se negaron a ir a misa porque, dijeron, «si estamos excomulgados, no vale la pena ir a misa». Para monseñor Giancarlo Bregantini, que fue obispo de Locri, una de las zonas en las que la mafia tiene más poder, «las palabras del papa tienen siempre un gran valor ético que después incide cultural y éticamente».

En un artículo de Roberto Saviano titulado «Fe criminal», el escritor analiza la toma de posición de los reclusos, afirmando que la huelga de la asistencia a la misa dominical es una «declaración de obediencia a la mafia». Saviano dice que aunque muchos pensaban que el gesto del papa era algo «bello, noble, pero inútil», la reacción de los afiliados a la ?Ndrangheta confirma que han entendido que el mensaje de Francisco va contra los métodos mafiosos, el asesinato, la extorsión y la corrupción.

Peculiar religiosidad

La mafia siempre ha mostrado un gran interés por la religión, que considera como algo suyo. La costumbre de los homenajes en las procesiones está muy extendida y pocos días antes de Palermo, ocurrió en Oppido Mamertina (Calabria), donde la imagen de la Virgen de la Gracia también se paró delante de la casa del capo local, Peppe Mazzagatti, en arresto domiciliario. El obispo, enfadado, decidió la suspensión indefinida de todas las procesiones en la diócesis.

También la Iglesia siciliana lucha desde hace tiempo contra la presencia de la mafia en las fiestas y en los actos religiosos. Además de los homenajes en las procesiones, también están introducidos en las hermandades que las organizan y por ello las autoridades intentan controlar a sus miembros. Cuando los carabineros detuvieron a Stefano Comandè el sábado santo, acababa de llevar a hombros el paso del Cristo muerto en la procesión que organiza la hermandad que preside, una de las más importantes de Palermo. Tras las amenazas desde la cárcel de organizar «una gran procesión» en junio, las autoridades religiosas decidieron disolver la hermandad por «infiltraciones mafiosas». Es la primera vez que ocurre en Sicilia, pero seguramente no será la última, para alegría del papa Francisco.