Los fallecidos aumentan a 2.090 desde que comenzó la ofensiva en julio
22 ago 2014 . Actualizado a las 12:01 h.Al menos 38 palestinos han muerto en las últimas 24 horas en bombardeos de la aviación israelí sobre Gaza, cuatro de ellos esta misma mañana en dos ataques contra sendos edificios en el centro de la Franja.
Dos de ellos perecieron en un bombardeo sobre el campo de refugiados palestino de Nusairat y los otros dos en Deir al Balah, informó a la prensa el portavoz de ministerio de Salud en Gaza, Ashraf al Qedra.
Con estas muertes, asciende a 2.090 el número de palestinos que han perdido la vida en ataques israelíes durante la actual ofensiva, la mayor parte de ellos civiles. «Entre los muertos hay 561 niños, 255 mujeres y 98 ancianos», explicó anoche el ministerio de Salud en Gaza, que acusó a Israel de haber matado a 86 familias.
El ministerio de Interior aseguró que Israel ha lanzado más de 20.000 toneladas de material explosivo desde tierra, mar y aire desde que hace seis semanas iniciara una operación que denomina «Margen protector», la mayor parte de ellos «fabricados en EEUU y altamente destructivos». El intercambio bélico se reanudó con dureza el pasado martes después de que ambas partes se acusaran de romper el último eslabón de la cadena de alto el fuego que habían permitido tratar de buscar una salid negociada en El Cairo. Desde entonces, los palestinos han vuelto a lanzar más de un centenar de cohetes -sin causar víctimas- e Israel ha tratado de eliminar a altos comandantes de Hamás, en lo que parece un cambio de estrategia en busca de poder presumir de un victoria militar.
El miércoles atentaron contra Mohamad al Deif, el líder de las «brigadas Azedim al Kasem», brazo armado del movimiento islamista, que al parecer sobrevivió al quinto intento de asesinato israelí desde que en 2002 asumiera la dirección de la milicia.
En el ataque contra una vivienda de Gaza perdieron la vida su segunda esposa, dos de sus hijas y al menos tres personas más, todas civiles. El jueves, y en un bombardeo similar en la ciudad meridional de Rafah perecieron, junto a otras cinco personas, Muhamad Abu Shamala, Raed al-Attar y Mohamad Barhum, considerados tres de los principales comandantes de la milicia en el sur. Nada más conocerse el asesinato, aplaudido por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la milicia clamó venganza y aseguró que este tipo de acciones «confirman» su «decisión de seguir con la lucha». El ex primer ministro de Hamas en Gaza, Ismael Haniye, declaró que «tras los asesinatos de los líderes del brazo armado, el movimiento está más fuerte de lo que el enemigo se imagina. La lucha contra la ocupación es larga y las brigadas harán pagar al enemigo el precio de cada una de sus acciones».
«Nuestra resistencia y nuestro pueblo nunca aceptará menos que el final de la agresión y el levantamiento total del sitio impuesto a la Franja», insistió.
Sami Abu Zuhri, portavoz de Hamás en Gaza, reiteró estas demandas e insistió en que decisiones israelíes, como posponer el inicio de la Liga de fútbol, «son victorias que demuestran que Netanyahu ha fracasado a la hora de proveer de seguridad a los israelíes y de que la resistencia es quien domina sus vidas» y concluyó, «las declaraciones del director de los asentamientos de Ashkelon, en las que dice que la situación es insostenible y que no es posible mantener una guerra durante mucho tiempo, también evidencia la confusión israelí y el fracaso de su política de asesinatos de líderes», concluyó.