Putin y Poroshenko siguen alejados y Moscú pide que UE pague la deuda de Kiev

EFE

INTERNACIONAL

POOL | Reuters

El presidente ruso asegura que no puede «correr más riesgos» en materia de gas y mencionó como posibles instrumentos de ayuda financiera a Ucrania

17 oct 2014 . Actualizado a las 20:45 h.

El presidente ruso, Vladímir Putin, y el ucraniano, Petró Poroshenko, se reunieron hoy en Milán (norte de Italia) en un encuentro que puso de manifiesto sus diferencias y tras el que Moscú pidió a la UE que pague la deuda de gas de Kiev.

Después de una reunión en un hotel de la capital lombarda que siguió a otras dos reuniones multilaterales durante el día, Putin llamó a la Unión Europea (UE) a que ayude a Ucrania a pagar su deuda de gas con Rusia, que calculó en 4.500 millones de dólares. «Esperamos que nuestros socios europeos, la Comisión Europea, arrimen el hombro con Ucrania y ayuden a solucionar este problema del déficit de dinero», dijo Putin sobre esa cuestión.

Aseguró que Rusia no puede «correr más riesgos» en materia de gas y mencionó como posibles instrumentos de ayuda financiera a Ucrania la concesión de créditos por parte de la UE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM).

Poco antes el presidente ucraniano admitió ante la prensa que no había alcanzado en la reunión un acuerdo para el arreglo del contencioso sobre las importaciones y el tránsito del gas ruso.

Poroshenko expresó su confianza en alcanzarlo durante la reunión que tendrá lugar el próximo 21 de octubre con la mediación de la UE.

«No hemos podido encontrar una solución al conflicto del gas. podría decir que ha habido un cierto progreso aunque aún quedan muchos detalles que debatir», reconoció Poroshenko.

Los dos líderes abordaron la situación en la región controlada por los separatistas rusos en el este de Ucrania y Putin aseguró que la ley de autogobierno promulgada anoche que les concede tres años de autonomía «no es un documento ideal pero es un paso en la buena dirección».

Los separatistas consideran que esa ley es un reconocimiento de facto de su independencia y se niegan a celebrar elecciones locales el 7 de diciembre como estipula el documento, al que consideran simplemente un marco para futuras negociaciones con Kiev.

Putin instó a Ucrania y a los separatistas prorrusos a implementar «lo antes posible» el Memorándum de Paz de Minsk.

«Lamentablemente, el acuerdo no se cumple en su totalidad, tanto por parte de los representantes de Kiev como de Novorrosía (zona bajo control separatista)», dijo Putin.

El líder ruso subrayó que la vía para solucionar el conflicto de Ucrania radica en ese Memorándum suscrito el pasado 19 de septiembre y que incluye la creación de una zona de seguridad sin armamento pesado de 30 kilómetros.

Y llamó a ambos bandos a crear «lo antes posible» una línea de separación en el marco de esa zona desmilitarizada, «lo que posibilitará el cese definitivo» de los ataques contra la población civil.

Putin reconoció que hay razones para que ambos bandos incumplan el alto el fuego y citó el hecho de que en algunas localidades los milicianos siguen combatiendo para proteger a sus familias.

Reconoció también que «ciudadanos rusos» luchan en territorio ucraniano, aunque agregó que allí «y en ambos bandos también combate gente de otros países europeos».

Poroshenko por su parte afirmó: «hemos compartido la necesidad de que el Memorándum de Minsk se aplique y se respete porque es clave para garantizar la paz en el territorio».

Según fuentes europeas, durante la reunión con los dirigentes de Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y la Unión Europea (UE), Putin destacó que está a favor de garantizar la integridad territorial de Ucrania y de evitar que el este de ese país se convierta en una nueva Transnistria, la república separatista moldava.

Durante la mañana ambos escenificaron ante líderes de la UE un nuevo intento de aproximar posturas y relanzar el plan de paz para el este ucraniano, pero quedaron patentes las diferencias entre ellos ya antes de la bilateral de la tarde.

«Hoy acordamos la necesidad de devolver la paz y la estabilidad a Ucrania», se limitó a declarar el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, tras participar en la reunión entre Putin y Poroshenko, que coincidió con la cumbre del foro Asia-Europa (ASEM), junto a los líderes de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.

Posteriormente hubo en la capital lombarda otro intento de acercar posturas en el formato «Normandía», es decir, con la presencia de la canciller federal alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, anfitrión de todos ellos porque Italia preside este semestre la UE, consideró «positiva» la reunión celebrada en los márgenes del ASEM pero a su vez pidió «tiempo» para obtener avances en la crisis ucraniana.

El primer ministro británico, David Cameron, afirmó que Rusia debe retirar las tropas y las armas de Ucrania y reconocer la legitimidad de unas elecciones celebradas en la exrepública soviética y, si esto no sucede, la UE mantendrá las sanciones contra el Kremlin.